Si existe un sector donde la creatividad debería tener las puertas abiertas para campar a sus anchas, este es el sector del vino. En España tenemos vino, mucho, pero no tantas marcas que emocionen al consumidor con sus productos. Es cierto que cada vez más, pero todavía tenemos un buen camino que recorrer.
Muchas bodegas están apostando por el lanzamiento de nuevos vinos que rompan con el enfoque tradicional del vino, con el aspecto desfasado de otra época y de otro tipo de consumidor. Tanto bodegas jóvenes como bodegas con más historia, están aprovechando las nuevas añadas para llevar al mercado nuevos productos sorprendentes.
Hace unos días encontré esta nueva edición de Bodegas Ramón Ramos para sus vinos 2016. Una apuesta diferenciadora y que rompe con el producto más clásico de su bodega, pero que a muy buen seguro causará un impacto singular en el mercado. Os lo enseño:
Me gusta este ejemplo y os lo presento aquí porque recoge varios aspectos que son difíciles de encontrar y que a nivel marketing son muy buenos. Esto es diseño de producto desde la parte más marketiniana.
Exageración. ¿Por qué limitarnos con lanzar un único vino para este nuevo año? ¿Por qué no ofrecer una gama, con ligeras diferenciaciones, para que nuestro consumidor elija? Eso es, pero ni tres, ni cuatro, ni cinco botellas… Nada más y nada menos que 9!!
Autocompletar. Ya hablamos en algún otro post sobre el fenómeno de autocompletar en marketing y sus características, es por eso que aquí, siendo un abanico amplio de botellas, seguro que fomenta el afán por completar la colección a nuestro subconsciente.
La colección rinde homenaje a los juegos de bares, mirando a la tradición pero con la vista puesta en el púbico más joven, hipster, retro, vintage… Segmentación por estilos de vida, ¿os acordáis?
No se a vosotros, pero a mi, la botella 8 me encanta. Tiene magia.
Diseño: Javier Garduño Estudio De Diseño / Imágenes: Bodegas Ramón Ramos