Si hay una frase en marketing que me encanta y que significa tanto para mi trabajo diario es esa: Cerrar el círculo. No se si por mis aires de ingeniero frustrado o por yo que sé, pero la llevo muy dentro de mi. Me fascina llegar a conseguirlo. Pienso que lograr cerrar el círculo es lograr un trabajo casi perfecto.
Y además, si nos centramos en un escenario socialmente comprometido es totalmente grandioso. Hoy os quiero tratar este concepto con un ejemplo muy creativo, muy original y muy bello. El libro que se convierte en árbol.
¿Eso es cerrar el círculo a que sí? Fue una campaña para enseñar a los más pequeños en Argentina la importancia del cuidado de la naturaleza, la procedencia del papel y respeto por los árboles.
El libro una vez adquirido y leído, se podía enterrar como si fuera una semilla y regar para ver brotar un nuevo árbol, una nueva vida. Además, no un árbol cualquiera, una Jacarandá, una variedad que puede ir de los 2 metros a los 30 metros de altura!
Es un proyecto muy bonito y con un trabajo creativo espectacular. El libro está elaborado con materiales totalmente reciclables y con ausencia completa de productos químicos que entorpecieran el nacimiento natural del nuevo árbol. Entre la pasta de papel están esas semillas que brotarán cuando el libro se plante.
Os dejo el vídeo del proyecto para que os quede más claro.
Es tremendamente bonito trabajar en diseño de productos y campañas de este tipo. Llevar el conocimiento en marketing a un beneficio social en diferentes ámbitos: La enseñanza a los más pequeños por el respeto al medio ambiente, y la regeneración de la vida de nuestra madre naturaleza.
Siempre me ha encantado esa frase: Cerrar el círculo. Todavía no se porqué, pero creo que es más que esencial en este mundo actual.