Si una cosa me encanta de mi trabajo es analizar cómo nos comportamos como personas, y en consecuencia, como consumidores de las marcas que a diario nos rodean.
Analizar el comportamiento del consumidor.
Es inmensamente interesante como en la era de la conexión digital estamos caminando hacia unos hábitos diferentes a los que en estos últimos tiempos estábamos acostumbrados.
La conexión digital que hoy tenemos a nuestro alcance es espectacular. Podemos saber de quién sea, esté donde esté y al instante. Al igual nos pasa con las marcas. Hoy podemos hablar con los consumidores y saber.
¡Qué importante esto de “saber”!
Tenemos el desafío, como marcas, de conocer los gustos de los consumidores y poder ofrecer productos y servicios que satisfagan necesidades reales a las personas.
Pero volviendo a esto de la conexión digital, es importante leer entrelíneas y observar cómo nos comportamos a cada momento. Quizás ha llegado el momento donde todo se estabilice.
En el mundo de la conexión, nace la necesidad humana del contacto y la transmisión de emociones y sentimientos que nos da el contacto con otras personas. Queridas o no. Pero necesitamos esa desconexión.
Cómo marcas, tenemos el reto de saber trabajar nuestra comunicación en base a la estabilidad emocional de nuestros consumidores. Saber trabajar la medida de nuestra estrategia ON y OFF.
Me encanta trabajar esa segunda parte. Y hoy, es cada día mucho más importante. Sin volverse loco, claro está, el trabajo online va a seguir teniendo una gran importancia y va a ser vital en la estructura de la marca, pero…
Nos enamoramos cuando miramos a los ojos. Hagámoslo con sentido. Os dejo un genial spot de Wind (compañía de telecomunicación italiana). Ya me contáis: