Puede parecer un título algo gracioso o sorprendente, pero tiene su por qué. El desnudo puede ser un poderoso elemento de marketing para desarrollar productos, o simplemente, algo que nos sirva de estímulo para generar una buena creatividad.
Siempre he dicho que el permanecer desnudo nos mantiene alerta y nos proporciona la oportunidad de sentir todo lo que no nos deja la indumentaria impuesta en estos tiempos. Hablar de desnudo es contemplar desde la más pura realidad los acontecimientos que nos suceden y conocerlos cerca de la naturaleza real.
Pensar que el concepto desnudo nos puede ayudar al desarrollo de nuevos productos o servicios, es pensar en conocer lo que busca el consumidor que quiere disfrutar de lo auténtico, sin artificios, sin añadidos. Pensar en lo natural, en lo que nos convierte de nuevo en personas.
Desnudo al fin y al cabo es el inicio y el fin de nuestras vidas. Es lo auténtico que somos. Por lo tanto, poder crear nuevos productos y servicios partiendo de este enfoque nos aportará naturalidad y la apertura a un campo muy diferencial y peculiar. Debemos reflexionar que hoy en día las personas y los consumidores buscan lo original y huyen de los artificios.
Os quiero dejar un bonito ejemplo que juega con este concepto. De manera natural busca ofrecer a sus clientes un valor añadido dentro de un producto tan extendido como es el yoga. Un ejercicio que parte de la base de encontrar el equilibrio con uno mismo y el bienestar físico y mental, pero que un estudio neoyorkino ha transformado e algo más potente utilizando el concepto desnudo.
Sí, este estudio de yoga en la ciudad de Nueva York ha introducido unas clases de Vinyasa donde los alumnos están completamente desnudos. El objetivo es encontrar el bienestar y la seguridad de la plena desnudez.
En este caso el concepto desnudo se integra literalmente en el desarrollo del producto, pero busca la esencia natural que proporciona este estado. Ofrecer al consumidor un producto que ayude a encontrarse consigo mismo puede ser originado por este concepto tan potente: El desnudo.
Foto: culturainquieta.com