La creatividad es una poderosa arma que tiene cabida probablemente en todos los ámbitos que nos podamos imaginar. Hoy os traigo un claro ejemplo de ello, un ejemplo más de Marketing Lateral que ha impactado en el mercado: Speed Hating, citas para ligar a base de insultos.
Este invento vio la luz en Londres hace ya unos doce años, y es ahora cuando su expansión está creciendo de manera internacional. Ya lleva tres años Berlín y va camino de los ocho años en Nueva York. Pero, ¿en qué consiste los Speed Hating?
Muy sencillo. Los encuentros Speed Hating son una forma distinta de conocer gente, de encontrar pareja, de descubrir el amor. Una presentación entre solteros y solteras, unos frente a otros de manera individual, en rondas de tres minutos, donde el objetivo es conversar sobre los odios.
Sí, habéis leído bien, el centro de todo el encuentro es transmitir a la otra persona todo lo que odias. Hay dos versiones: puedes coger la más suave y girar la conversación entorno a lo que odias en el mundo en general, o bien coger la más heavy y directamente expresar todo lo que odias de la persona que tienes frente a ti, sus orejas, su nariz, su pelo, su camiseta…
El concepto es arriesgado, sorprendente, inusual… y con una esencia muy bien ideada. Es cierto que todas estas citas a ciegas masivas, donde las personas acuden a encontrar la persona ideal dentro de la multitud que se congrega en el evento, se centran en contar y expresar sus bondades y características bonitas, pero nunca nace lo malo, lo negativo.
Estos Speed Hating buscan que los participantes pasen un buen rato, se diviertan y conozcan a otras personas desde un plano natural, conociendo sus manías ,para luego más adelante, si realmente hay feeling, conocer lo bueno de esa persona. ¿No creéis que es más real y bonito conocer lo malo y después lo bueno? Normalmente en las parejas es al contrario, y desgraciadamente, donde florecen los problemas.
Una propuesta de negocio totalmente creativa al más puro estilo de Marketing Lateral y de una de sus seis técnicas, la inversión (cambiar las descripciones buenas y bonitas por todo lo contrario).
Una forma real de transformar estos encuentros de “ligoteo” industrial por algo más humano.
Foto: urbanette magazine