Marketing y comunicación van de la mano. Uno sin el otro no pueden vivir, aunque cuando hablamos de marketing debemos entender que engloba a la comunicación, y que esta, es uno de los últimos eslabones dentro de la estrategia determinada por el trabajo de marketing.
Hoy os quiero traer un caso muy interesante que sirvió para llamar la atención de muchas personas. Una acción de comunicación, que ya tiene algunos años, pero que me parece muy acertado poder recordar y tener presente. Nos puede inspirar mucho.
Se trata del extrovertido entierro que protagonizó el multimillonario brasileño Chiquinho Scarpa con su coche Bentley de medio millón de dólares.
Has oído bien, este personaje despertó un día y publicó que iba a enterrar su coche de lujo en el jardín como los antiguos faraones hacían con sus bienes más valiosos, y de ese modo, ser disfrutados en el más allá.
Esta noticia, como es comprensible, generó un gran revuelo en la red social. Muchas personas se hicieron eco de la noticia y participaron con sus quejas, sorpresas, insultos y demás opiniones contrarias a tal locura. Incluso los medios de comunicación se hicieron eco a nivel internacional. Fue un auténtico debate que cruzó las fronteras.
Unos días antes, el multimillonario volvió a publicar unas imágenes con la fosa ya excavada y todos los preparativos listos para el día. Cuando llegó el momento, decenas de medios de comunicación y miles de curiosos se acercaron para presenciar el entierro.
Cuando el coche ya estaba dentro de la tumba, y la arena empezó a caer, Scarpa paró el proceso. Invitó a todos los medios a entrar en la vivienda y comenzó un discurso:
A muchas personas le pareció absurdo este cuento de enterrar mi Bentley. Sin embargo, muchas personas entierran cosas mucho más valiosas que mi propio auto. La gran mayoría de ellas entierra sus órganos. Es el mayor desperdicio del mundo“
Sin duda, una acción de comunicación sin precedentes, a favor de la Asociación Brasileña de Transplantes de Órganos y para concienciar de la importante labor social que llevan a cabo los donantes.
Desde ese momento se cambiaron los insultos por los halagos, consiguiendo remover conciencias y que los ciudadanos se plantearan de forma consciente la importancia de la donación de órganos.
Acciones de comunicación de este tipo no son convencionales. No por su coste de ejecución, eso es lo menos destacado, si no por la ideación y puesta en escena. No es sencillo pero su repercusión es tan grande que nos sigue llamando la atención.
Marketing, comunicación, da igual, sin creatividad no se llega a ningún sitio. Cada día lo tengo más claro.
Entierro del Bentley from Essa Merece on Vimeo.