En esta ocasión he decidido escribir un post sencillo, útil y sin artificios. Algo claro, conciso y que te deje alguna idea rondando la cabeza. Si consigo esto último quedaré feliz, muy feliz. Hoy quiero que reflexionemos sobre cuándo es importante estimular la creatividad en la empresa. ¿Siempre? ¿En ocasiones puntuales? ¿Cuándo?
Es algo que a menudo se nos escapa de las manos o no le otorgamos la suficiente importancia, puesto que la urgencia del día a día nos limita nuestra capacidad para pensar. Sobre todo para pensar de manera diferente, esa forma de pensar que nos dará alas para diferenciarnos del resto de competidores y nos dará la oportunidad de crear algo único.
La creatividad es esa herramienta que nos facilita la resolución de problemas de forma diferente e innovadora y nos inspira a desarrollar productos y servicios novedosos. La capacidad de aplicar la creatividad dentro de la empresa nos proporcionará una estructura con mejores o peores resultados.
Ahora bien, la creatividad debemos implementarla dentro de la parte estratégica. Cuando tengamos los ingredientes extraídos del estudio estratégico (macroentorno, microentorno, estilos de vida, consumidores, competidores, proveedores, etc.) será el momento de inyectar creatividad al proceso. Ahí es cuando la maquinaria de “pensar diferente” debe empezar y acompañar al todo el proceso de creación.
Muchos piensan que la creatividad es una mera herramienta para dotar de singularidad a la publicidad o comunicación, pero no es así. La creatividad es una variable que se debe aplicar desde bien temprana, siendo un complemento indispensable del marketing estratégico.
Por supuesto, esta inyección de creatividad al proceso de desarrollos de negocios, productos o servicios, debe ser guiado por herramientas creativas que estimulen la generación de ideas. Técnicas como Marketing Lateral y Gamestorming os ayudarán a pensar fuera de los límites establecidos y os llevarán a escenarios que nunca antes os habríais planteado.
Abrazar a la creatividad, intentad entenderla, y entonces, nunca dejaréis de amarla. Lo digo por propia experiencia.