EdTech, la tecnología y la innovación aplicada al futuro de la educación

Metaverso, chatboots, aprendizaje automatizado y muchos más conceptos se dan la mano para traer al presente los retos del futuro de la educación. Las startup situadas en el segmento EdTech aplican toda la tecnología disponible al servicio de la innovación.

La vida son momentos y con ellos van asociados los avances sociales y tecnológicos. La pandemia de COVID-19 ha traído consigo muchas cosas, algunas de ellas incluso están por descubrir todavía pero, si de algo ha servido es para darnos cuenta del potencial que existe entre la virtualidad y la educación. Aunque es indudable que la presencialidad es rica y aporta el valor humano que la tecnología a distancia no puede dar, es cierto que el denominado como “e-learning” puede ayudar a romper la brecha digital que todavía existe en muchas sociedades.

El potencial del “e-learning” como motor social

Y es del modo que este “e-learning” puede empoderar a las sociedades como también lo es el poder aprender sin desplazamientos y con la posibilidad de elegir horarios en cada situación. Esto es posible gracias a las empresas denominadas EdTech y su tecnología aplicada a la innovación educativa que proponen nuevas metodologías y herramientas para llegar a todos los lugares en cualquier momento.

Según Global Market Insights y como apuntan desde BBVA Open Innovation, las tendencias tecnológicas para los próximos años apuntan a inversiones encaminadas a este sector. La innovación educativa a través de la tecnología es un potencial que cada vez se desarrolla con mayor potencia.

Existen múltiples posibilidades a la hora de aprender gracias a la tecnología y a internet, pero el reto radica en la elección y la motivación. Ambos aspectos son totalmente claves para que la experiencia y el futuro de las EdTech sea positivo. Es decir, es muy importante elegir las plataformas y programas adecuados, así como también lo es que la motivación en el aprendizaje remoto no decaiga. Para ello, existen distintas metodologías y técnicas que potencian la creatividad y mantienen al alumno enganchado.

Por otro lado, entornos como el metaverso y su capacidad para interactuar con compañeros y alumnos desde cualquier parte del mundo es fundamental. El futuro pasa por esa inteligencia artificial y por rutas de aprendizaje personalizadas o chatbots que ayuden a mantener dicha motivación de la que hablamos.

GoKoan, la app con el método de estudio inteligente para oposiones

Desde colegios, escuelas de negocios, empresas… y hasta estudios de oposiciones tienen oportunidades reales dentro de la nuevas EdTech. En este caso, gracias a GoKoan, el estudio de oposiciones ya se puede llevar a cabo de una manera inteligente y digital.

Según su fundadora y CEO, Clara Torrijos, el mercado de las oposiciones es un entorno muy tradicional en el cuál la innovación tecnológica es escasa y muy necesaria. Con GoKoan se dispone de una herramienta digital que optimiza y facilita el aprendizaje y la gestión del estudio de cualquier oposición.

En pleno proceso de estudio para aplicar a una oposición, Clara se dio cuenta de la necesidad de innovación y creo esta aplicación dándole una vuelta completa al sistema. Ya no hace falta adaptarse a un horario de academia, si no que la herramienta ofrece planes personalizados para cada persona y circunstancia personal o laboral. Además, GoKoan propone una comunidad de aprendizaje colaborativo entre todos los miembros.

En definitiva, la EdTech y la innovación tecnológica de la educación es un futuro que ya es real, y ejemplos como GoKoan lo certifican. Con métodos científicamente probados, estas herramientas llegan para facilitar la vida y ser más eficientes en la consecución de objetivos.

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El fenómeno de las “tiendas boutique”, la especialización del marketing experiencial

En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno que ha trascendido su origen en la moda para instalarse con fuerza en casi todos los sectores: los negocios denominados “boutique”. Esta etiqueta, antes asociada a tiendas de ropa de autor o de lujo, hoy se ha convertido en un sinónimo de exclusividad, experiencia y diferenciación. Y no es casualidad. En una época donde los consumidores ya no solo compran productos, sino que esperan algo más de las marcas, los negocios boutique han sabido interpretar esta necesidad y transformarla en una ventaja competitiva.

¿Por qué el modelo boutique es tendencia?

La respuesta sencilla es: porque buscamos vivir experiencias únicas y memorables. El consumidor actual no se conforma con comprar un producto o servicio; quiere sentir que hay algo especial en esa transacción. La etiqueta “boutique” apela directamente a esa búsqueda: exclusividad, diseño, personalización y una historia que a posteriori poder contar.

Ya no se trata solo de comprar un coche, sino de vivir la experiencia de adquirirlo en una boutique Cupra, donde el ambiente, el trato personalizado y la estética del lugar son parte esencial del producto. Lo mismo ocurre con una estancia en un hotel boutique o un corte de pelo en una barbería boutique. La experiencia pesa tanto –o incluso más– que el objeto o servicio en sí.

¿Qué tipos de negocios se han sumado al modelo boutique?

Aunque su origen esté en el sector de la moda, hoy este concepto se extiende a sectores impensables hace una década. Encontramos:

  • Hoteles boutique que cuidan cada detalle, desde la decoración hasta el desayuno artesanal.
  • Cafeterías y panaderías boutique con pan de masa madre, vajilla de diseño y playlists en Spotify muy cool.
  • Barberías boutique que mezclan estética vintage, café de especialidad y servicio premium.
  • Estudios de yoga, gimnasios, agencias de viajes, tiendas de tecnología e incluso consultorías o despachos legales se han sumado a esta ola.

Pero hay una condición clave: todo debe estar contextualizado. No se trata de ponerse el nombre “boutique” por estrategia de marketing sin más. Tiene que haber una verdadera propuesta de valor: personalización, atención al detalle, diseño y experiencia.

¿Qué diferencia a un negocio boutique de los modelos tradicionales?

Podríamos decir que la gran diferencia está en el enfoque. Mientras que los modelos tradicionales buscan escalar, crecer, estandarizar y vender a muchos, el modelo boutique apuesta por lo pequeño, lo cuidado, lo único. No busca atraer a las masas, sino a un nicho que valore esa diferenciación.

Esto aporta ventajas importantes:

  • Cercanía con el cliente: se establece una relación más humana, más emocional.
  • Fidelización más fuerte: los clientes boutique no solo repiten, recomiendan.
  • Mejor conversión y venta: el valor percibido es mayor, y se puede vender más caro sin recurrir a descuentos.
  • Diferenciación real: el trato personalizado y la experiencia hacen que no haya punto de comparación con una gran cadena.
  • Menor vulnerabilidad a la guerra de precios: no se compite por precio, sino por valor.

En definitiva, en vez de volumen, se busca valor. Y eso, en un mundo saturado de ofertas y marcas, es oro puro.

¿Por qué este concepto resulta tan atractivo para los consumidores?

Porque todos queremos sentirnos especiales. El trato personal, que se fue diluyendo con la masificación de las marcas fast-fashion y los servicios automatizados, vuelve a ser una necesidad emocional no cubierta por los grandes.

Mientras gigantes como Zara o Amazon han construido modelos de “mirar, probar, salir o comprar” sin contacto humano, el modelo boutique recupera lo humano, lo auténtico. Nos gusta que nos miren a los ojos, que nos llamen por nuestro nombre, que nos recomienden algo pensando en nosotros.

Esto no es nostalgia, es una reacción natural a la despersonalización del consumo. Queremos que la marca tenga una historia, una estética, una narrativa propia. Y si encima nos hace sentir protagonistas, mejor.

Caso real: la reinvención de Cupra

Un ejemplo llamativo es Cupra, la marca de automóviles que ha transformado por completo la forma de vender coches. Cupra no solo ofrece un vehículo; ofrece una experiencia de marca que comienza en su “boutique”, un espacio donde el cliente es recibido como en una galería de arte, puede probar el coche en un entorno cuidado, y sentir que está comprando algo único, no un coche más del concesionario.

Esta propuesta ha sido especialmente atractiva para un público joven, urbano, que valora tanto el diseño como la diferenciación, y que ya no se siente representado por el modelo tradicional de concesionario.

¿Qué otras tendencias están marcando el camino?

Además del auge de los modelos boutique, hay otra tendencia que merece mención: el consumo de segunda mano. Lejos de ser una moda pasajera, parece una transformación más profunda en nuestra manera de consumir. La sostenibilidad, la conciencia ambiental y la búsqueda de productos únicos también están impulsando este comportamiento.

Curiosamente, en muchos casos el mercado de segunda mano también incorpora elementos del modelo boutique: curación de productos, storytelling, trato personalizado. Plataformas como Vinted o tiendas físicas de ropa vintage están empezando a funcionar con esta lógica: ser una boutique de segunda mano, no una tienda de saldos.

Los negocios boutique no son solo una etiqueta estética, sino una respuesta inteligente a una necesidad emocional del consumidor actual: la de ser visto, escuchado y tratado como único. En un entorno saturado de opciones, quien ofrece una experiencia significativa tiene mucho terreno ganado.

Como profesionales del marketing, debemos dejar de pensar solo en producto, y empezar a diseñar vivencias. El futuro –y el presente– pasa por ahí. Boutique ya no es sinónimo de lujo, es sinónimo de cuidado. Y ese cuidado, bien comunicado, vale más que cualquier promoción.

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Cómo actúa una “marca silenciosa” en el ámbito de la actuación social: caso IKEA Valencia

En un entorno cada vez más imprevisible —crisis climáticas, tensiones sociales, desastres naturales—, las marcas ya no pueden quedarse al margen. Pero, ¿cómo deben actuar? ¿Cuándo es el momento de intervenir? ¿Y cómo hacerlo con sensibilidad y coherencia sin que parezca oportunismo? Hace unas semanas, en el evento Hoy Es Marketing Valencia 2025, organizado por ESIC Business & Marketing School Valencia tuve la suerte de explorar este concepto de ‘marca silenciosa’: esa que actúa desde la responsabilidad y el compromiso, no desde el escaparate.

Y lo hice con un invitado de excepción: Gabriel Ladaria, director de marketing de IKEA España, una marca que ha demostrado cómo se puede tener impacto real en el entorno sin necesidad de grandes campañas. En este artículo quiero resumir esa conversación sobre el equilibrio entre acción y comunicación, propósito y reputación, marketing y humanidad. Creo que no debe permanecer para volver una y otra vez a leerla. Merece la pena.

Vivimos un momento en el que las marcas ya no pueden limitarse a vender productos: se espera de ellas que tengan un punto de vista, una responsabilidad y un compromiso con el entorno. Pero también vivimos en un contexto de saturación, donde cada gesto parece evaluado bajo el prisma del marketing. Desde IKEA creemos en una forma distinta de estar presentes: no desde el protagonismo, sino desde la utilidad. Apostamos por una acción coherente, centrada en las personas y guiada por nuestro propósito de crear un mejor día a día para la mayoría de las personas. Y muchas veces, eso significa actuar sin necesidad de contarlo.

Hoy queremos compartir cómo entendemos ese equilibrio entre acción y comunicación, entre propósito y reputación, entre lo que somos como marca y lo que necesitan las personas a nuestro alrededor.

¿Cuál crees que es el papel que deben asumir hoy las marcas frente a los retos sociales o medioambientales de su entorno inmediato?

Las marcas no son entes abstractos: están formadas por personas, afectan a comunidades y tienen una huella —ambiental, económica, social— que deja marca allá donde operan. En IKEA creemos que esto implica una responsabilidad activa. No basta con tener un propósito definido; hay que traducirlo en decisiones cotidianas, tanto en lo estratégico como en lo operativo.

En el contexto actual, donde los retos sociales y medioambientales se hacen cada vez más urgentes y visibles, las marcas tienen que preguntarse: ¿cómo contribuimos al bienestar común más allá de nuestra actividad comercial? En nuestro caso, eso significa trabajar para que nuestros productos sean más sostenibles y accesibles, pero también estar cerca de las comunidades en momentos difíciles, colaborar con entidades sociales y revisar continuamente nuestro impacto.

La clave está en no mirar hacia otro lado. Si formas parte del entorno, también formas parte de sus problemas… y de sus soluciones.

¿Cómo definís internamente cuándo y cómo actuar ante una situación externa que no está directamente relacionada con vuestro negocio?

Lo primero que nos preguntamos es si podemos ser útiles de manera significativa. No actuamos desde el impulso, sino desde la utilidad. Y para eso, valoramos varios factores: el alcance y urgencia de la situación, el nivel de impacto en las comunidades donde estamos presentes, y si realmente tenemos los recursos, el conocimiento o la red para aportar algo que marque una diferencia real.

Además, analizamos siempre el contexto con mucho respeto. No todas las crisis requieren la presencia de una marca. A veces ayudar es ceder espacio a las entidades que ya están trabajando sobre el terreno, o apoyar desde detrás del escenario, como hemos hecho en Valencia con la DANA. En IKEA creemos que la discreción, en estos casos, también es una forma de respeto.

¿Qué significa para vosotros “actuar con responsabilidad” más allá del propósito corporativo?

Actuar con responsabilidad es hacer lo correcto incluso cuando nadie está mirando. Significa tomar decisiones alineadas con nuestros valores, incluso si no son las más rentables a corto plazo.

En IKEA tenemos un propósito claro: “crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”. Eso es una brújula, pero no basta. La responsabilidad se ejerce en lo cotidiano: en cómo diseñamos nuestros productos, en cómo seleccionamos nuestros proveedores, en cómo tratamos a nuestros empleados, en cómo escuchamos a nuestras comunidades locales.

¿Cuál es el valor de actuar de forma silenciosa, sin buscar protagonismo mediático?

En un entorno mediático donde muchas marcas compiten por atención constante, actuar en silencio es casi un acto de contracorriente. Pero creemos que es necesario. No porque comunicar esté mal —comunicar también puede inspirar—, sino porque hay momentos en los que lo más honesto es actuar sin esperar reconocimiento.

La verdadera reputación no se construye con lo que decimos de nosotros mismos, sino con lo que las personas viven de nuestra marca. Una acción coherente y bien ejecutada, aunque no se comunique de forma masiva, acaba generando confianza a largo plazo.

Por eso, cuando intervenimos en situaciones sensibles, priorizamos el impacto sobre la visibilidad. Y si luego se comunica, que sea con un enfoque respetuoso, desde la transparencia y no desde la autopromoción.

¿Cómo se equilibra la necesidad de contribuir con la tentación de capitalizar esa acción como parte del marketing?

El equilibrio está en el propósito. Si contribuyes desde lo que eres y no desde lo que quieres parecer, la línea se mantiene clara. En IKEA no concebimos nuestras acciones sociales como “contenidos”, sino como extensiones naturales de nuestra forma de estar en el mundo.

Por supuesto, entendemos que el marketing tiene un papel que jugar: puede amplificar, inspirar, conectar. Pero siempre desde la verdad. Comunicar una acción debe ser una consecuencia, no el objetivo. Si hay impacto, ese impacto hablará por sí solo. Y si no lo hay, ninguna campaña lo va a compensar.

¿Una marca silenciosa comunica menos o comunica de otra manera?

Comunica de forma más reflexiva, más honesta y más conectada con su propósito. No se trata de estar callados, sino de saber cuándo, cómo y por qué se habla.

La marca silenciosa no renuncia a la comunicación. Simplemente pone el foco en el contenido, no en el protagonismo.

¿Cómo se asegura una marca de que sus acciones sociales sean percibidas como auténticas y no como oportunismo?

La percepción de autenticidad no se construye en un solo acto: es el resultado de la coherencia acumulada en el tiempo. Si tus acciones están alineadas con lo que llevas años haciendo, y si no se contradicen con lo que haces en otros frentes, las personas lo perciben como algo natural.

En IKEA no improvisamos nuestra forma de actuar en lo social: tenemos alianzas duraderas con entidades del tercer sector, políticas claras de sostenibilidad y diversidad, y una visión a largo plazo. Eso crea un marco en el que cualquier acción puntual tiene contexto.

La clave está en que la acción no sea “para afuera”, sino “desde dentro”.

¿Crees que el consumidor penaliza más la inacción o una mala acción?

Una mala acción es más difícil de reparar. La inacción puede generar decepción o silencio, pero una acción mal planteada, mal ejecutada o incoherente puede provocar rechazo, desconfianza o incluso boicot.

Hoy el consumidor está más informado, más exigente y más crítico. No espera perfección, pero sí honestidad. Si una marca actúa de forma oportunista o incoherente, no solo pierde credibilidad en ese momento, sino que compromete su legitimidad futura.

¿Crees que veremos más marcas silenciosas o más activismo de marca explícito?

Creo que veremos ambas cosas. Habrá marcas que apuesten por el activismo visible, y otras por una presencia más sutil. Lo importante no es tanto el formato como la sinceridad del fondo.

Lo que sí veremos, sin duda, es un consumidor más sensible a la coherencia: que ya no se deja impresionar solo por grandes campañas, sino que mira qué hay detrás de cada acción.

¿Qué consejo le darías a una marca que quiere tener impacto real sin caer en el postureo?

Que se acerque a las personas, a los colectivos, a las realidades locales. No se puede tener impacto desde una torre de marfil, es importante escuchar.

Segundo, que trabaje desde dentro: que alinee sus procesos, sus productos, su cultura y sus políticas con los valores que quiere defender fuera.

Y por último, que actúe desde la humildad. A veces, transformar una pequeña comunidad es el primer paso para un gran cambio.

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