Quizás a algunos no os suene, pero hace años en España era común devolver los envases de vidrio de las botellas de bebida que se consumían en casa. Eso cambió cuando proliferó el uso del plástico de un solo uso. Aparentemente más económico, fácil y sin complicaciones para el usuario y para el fabricante.
Después de algunos años con este sistema donde reina el plástico, hay diferentes marcas que apuestan por una estrategia diferente, que no nueva, porque se basa en recoger algo del pasado y devolverlo al presente.
Envases de vidrio retornables para el hogar
La tendencia es clara, fija, con un razonamiento común: debemos cuidar del planeta y las organizaciones, las marcas y los consumidores cada vez lo tienen, lo tenemos más claro. Una forma de hacerlo es con los elementos más cotidianos, que pueden parecer los más simples pero los que mayor impacto tienen.
Dentro de este conjunto de atributos que nacen continuamente dentro del entorno, las marcas tienen que tener habilidad para transformarlos en oportunidades de negocio que añadan valor diferencial a sus productos y servicios.
Es por eso que hoy podemos decir que los envases retornables de vidrio vuelven a ser una realidad y una alternativa al plástico de un solo uso. Recordad que en marketing, quien golpea primero, golpea dos veces.
Una de las primeras marcas en golpear ha sido Vichy Catalán, la cual desde su web ofrece la posibilidad de compra de su bebida y entregada en casa por un repartidor. Únicamente se debe dejar una fianza por la caja y un pequeño aporte por el envase que será devuelto en cada reposición. Fácil y cumpliendo las tres “E” que la marca busca: excelente, económico y ecológico.
El agua, la cerveza, el licor… son productos susceptibles de ser implementados en estratégicas eco de este tipo, de hecho, en el sector de la hostelería ha sido un denominador común todos estos años. La pregunta es, ¿tiene de verdad cabida dentro de todos los hogares?
La respuesta está en la prueba, pero sí que es cierto que al consumidor este tipo de acciones también le reportan distintos beneficios funcionales y emocionales, por ejemplo:
- Comodidad: el repartidor lleva el producto a casa.
- Funcionalidad: el agua sabe mejor en envase de vidrio.
- Culpa: se elimina al ser consciente de la ayuda al medio ambiente.
- Ego: siempre queda mejor una botella de vidrio cuando los amigos comen en casa.
Una estrategia que permite reducir el plástico de un solo uso, los trabajos de reciclado y toda la energía que ello conlleva. Como marcas, debemos pensar si todo esto tiene sentido dentro de nuestro plan de marketing. El camino nos lleva a ello.
Fotos: Vichy Catalán