En esta entrada te hablo de dos conceptos basados en siglas que aglutinan ciertos comportamientos basados en el miedo y que están de rigurosa actualidad. Aunque esto de las siglas nos pueda parecer repetitivo, en verdad es una manera muy práctica de conceptualizar conductas para ponerlas en práctica en las estrategias que se lancen al mercado. Vamos a descubrir qué significa FUD y FOMO.
Cuando hablamos de miedo en el ámbito del marketing, la comunicación o la publicidad podemos caer en el engaño de suponer que ese tipo de estrategias ya no funcionan. Que ahora el consumidor es mucho más inteligente, informado y con conocimientos para caer en esos pequeños engaños que los momentos de estrés y las decisiones de compra envuelven a este tipo de emoción. Sin embargo, lamento decirte que no, cuando nos enfrentamos a mensajes basados en el miedo actuamos, normalmente, de manera inconsciente activando nuestro sistema de alerta.
Por lo tanto sí, el miedo sigue funcionando y funcionará. Lo vemos a diario, desde marcas que ofrecen seguridad para viviendas hasta marcas de gadget que ofrecen monitorización continua de las constantes vitales. Eso sí, el miedo se puede experimentar de forma negativa o de forma negativa. La elección será parte de la estrategia y del objetivo que se desee conseguir. Podemos potenciar el miedo o, por el contrario, podemos minimizarlo.
Y de eso se trata a con estas dos siglas a modo de conceptos que te quiero compartir hoy. FUD y FOMO se han hecho un hueco en el vocabulario de muchos de nosotros y debemos conocerlas para saber cómo pueden ayudarnos en nuestros planteamientos, o cómo los utiliza la competencia más cercana.
FOMO (Fear Of Missing Out)
Este conjunto de letras viene a significar algo así como “miedo a perderse algo”, y como podemos distinguir de primeras, esto es algo que nadie quiere experimentar. Somos seres sociales, nos gusta pertenecer al grupo y no sentirnos excluidos. Esto sucede a nivel social, pero también cuando hablamos de participar en negocios o vivir experiencias. Nadie desea perder la oportunidad.
En un contexto donde la urgencia y el acelerado ritmo de vida gobiernan nuestros días, el hecho de poder dejar de hacer o vivir algo es causante de mucho estrés. Lo hemos experimentado en este pasado verano donde el consumidor se ha comportado bajo un escenario de FOMO ante el miedo que las noticias vaticinaban de un otoño negro y complicado en el ámbito de la economía doméstica. Se ha deseado vivir el verano de nuestras vidas ante el peligro de no poder hacerlo por el riesgo de la llegada de malos tiempos.
Aunque puede parecer un contexto un tanto irracional, movimientos como FOMO se dan a menudo bajo el enfoque de la presión de grupo.
FUD (Fear, Uncertainty and Doubt)
En este caso, las siglas FUD nos reflejan un contexto basado en “miedo, incertidumbre y duda”. Al contrario que FOMO, la conducta FUD busca retroceder y parar. Mientras la primera busca la activación de una conducta activa hacia la compra o realización de una actividad, FUD intenta persuadir de adquirir o hacer algo en concreto.
En verdad, se trata de una práctica poco ética y está muy vinculada a la posverdad y, sobre todo, a las denominadas “fake news” que tanto conocemos. La podemos identificar mucho en la propaganda política, pero también en diferentes mercados y en momentos controvertidos de la sociedad. El modo de operar es sencillo, se trata de introducir informaciones que provoquen temor y miedo a la hora de comprar o invertir con el objetivo de paralizar las decisiones de compra para más adelante, o declinar la balanza hacia otra marca o tipo de producto o servicio diferente.
En definitiva, dos conceptos a modo de sigla, FUD y FOMO, que abanderan la gestión emocional del miedo y que, aunque no lo creas, obtienen su resultado en nuestros días.