Hoy tengo el placer de dejar un espacio en este blog a un #GuestBlogger que conocí en Jaén, dentro del Programa YUZZ Santander Universidades y que ha marcado la diferencia. Álex Romero nos escribe sobre el esfuerzo y los valores que te convierten en un “héroe”:
En la actualidad, aceptamos que desde la política todo son promesas por un estado del bienestar, e incluso desde una visión nihilista de la vida. Es comprensible que el esfuerzo este fuera del parámetro de lo que es natural, e incluso denostado por su falta de gratificación.
Así que desde las instituciones, ya sea educativas, políticas, y sociales esté mal visto el esfuerzo por conseguir una meta fijada, incluso, así que cuanto más fácil sea de conseguir ese soñado bienestar, mejor hasta el punto que los hay que pasarían por la indecencia por conseguir lo que se proponga.
Aunque el deporte no se libra de esta indecencia, por el consumo de estupefacientes para conseguir unos logros deportivos que de otra manera se quedarían a las puertas de ello (esto no es deporte aunque se practique el deporte) hablamos de algo diferente sencillamente porque el esfuerzo deportivo tiene una connotación pedagógica, e incluso heroica.
Permitidme el inciso de que héroe tiene la misma raíz que Eros, que en Grecia, era el dios del Amor en su estado más sublime, (aquellos que daban más de lo que se les exigía). La heroicidad tiene un componente particular y de voluntad de hacerlo, su antítesis, seria la cobardía. En deporte los cobardes, no obtienen nunca nada, pues la entrega total es la razón de ser, guardar reservas con un criterio de “moderación” les hace estar en un plano de mediocridad.
Se puede llegar el ultimo en un maratón, y sentirse un triunfador. Esta idea la refleja muy bien el spot de Coca- Cola donde el último en llegar merece tenderle el arco del triunfo como el primero. Todos los seres humanos tenemos el derecho a hechos heroicos, otro caso, es que renunciemos a ellos.
En el caso que ha inspirado estas letras es la atleta keniana Hyvon Ngetich que con 29 años no renuncian llegar a gatas y atravesar la línea de meta del maratón de Austin. La crítica le viene por una parte, de otros atletas que piensan que debió de haberse retirado porque no lo hacía por un acto de heroicidad por su país, dicen, sino que lo hacía por una gratificación económica, y consideran este hecho un acto mezquino. Perder la salud, e incluso su vida por dinero que le ayuda a vivir, pero ante este crítica, ¿cuantos trabajadores mueran en sus puestos de trabajo por una nomina para mantener a su familia?, no todos ganan 18.000€ por minuto como Messi o Ronaldo, y cuando están triste se le dedica programas de radio, TV, y páginas a su estado anímico.
Esta atleta keniana no gana tanto, pero su hecho, ya sea por dinero, porque le sirve para vivir, o para celebrar cumpleaños felices, ya sea, porque el esfuerzo en deporte roza la insalud para el común de los mortales si se es común, pero la élite, es un ejemplo en todos los niveles, para eso se le homenajea, con nombres en calles, estadios, plaza, premios, etc.
Pero dentro de una razón mítica, si lo que vimos con Hyvon, la atleta, nos sorprende en su aspecto negativo, pues cambiemos el nombre a la prueba de maratón, pues hace mención al ateniense que después de luchar en la batalla de Maratón, corrió hacia Atenas, que estaba a 42 Km y 195 ms para comunicar que los atenienses habían vencido a los persas en la contienda, y tras ello cayó muerto.
La prueba de maratón es un recuerdo a su heroicidad. Seguro que descansa en el Olimpo. ¿Te animas con tu esfuerzo a ser un héroe?