En esta ocasión tenemos un artículo enfocado en el concepto de influencer marketing de la mano de Iván Blanco de Marketing de Influencers donde nos comparte la actualidad del sector en este nuevo post invitado. ¡Todo un lujo!
La subida de los costes en el Paid Media y el inevitable destino hacia el cookie-less, ha llevado a que cada vez más agencias, empresas y marketeros se estén dando cuenta de que una de las apuestas más sólidas dentro del marketing, es el Marketing de Influencers.
El Marketing de Influencers sigue aumentando su importancia en los presupuestos de Marketing año a año, y con ello, crece y se desarrolla a cada paso. En 2023, el sector está más maduro que nunca, sin embargo, continua habiendo margen de crecimiento y sobre todo, sigue teniendo que despejar varias dudas que tiene a su alrededor.
A continuación, intentaremos desglosar las 5 más importantes:
1. Confianza en los Influencers.
Bots, compra de seguidores, perfiles poco profesionales, polémicas… Es trabajo de todos los actores del sector conseguir establecer una confianza en el gremio total y despejar esas dudas que manchan y deterioran su imagen.
- Por parte de las redes sociales, está claro, ser más transparentes, más seguras frente a la compra de todo tipo de parámetros y generar a través de su algoritmo recompensas a quien de verdad las merece y no usa malas prácticas.
- Por parte de las agencias, analizar más y mejor cada talento, con el fin de erradicar de sus listas perfiles tramposos, y, por otro lado, dar la espalda a las figuras menos profesionalizadas.
- Por parte de los Influencers, trabajar para ganar la confianza total del sector a base de esfuerzo, constancia y profesionalidad. Han de darse cuenta, la mayoría ya lo han hecho, de qué es un trabajo y no un juego y actuar en consecuencia.
- Legislación. Los Influencers han de encontrarse amparados bajo un ámbito legal y profesional justo, en igualdad de condiciones al resto de plataformas publicitarias, y, sobre todo, regulado en consecuencia a las peculiaridades del mismo.
2. Colaboraciones a largo plazo.
Igual que no nos imaginamos a un deportista profesional que cada día salte a la competición con una marca distinta, no podemos imaginarnos a largo plazo a Influencers que cada día anuncien diferentes productos. La perdida de credibilidad y la inestabilidad que a ellos mismos les crea debido a ello, no ayuda a afianzar el sector o a empoderar al Influencer y otorgarle mayor capacidad de decisión.
- Menos es más. Reducir las colaboraciones, esto hará que un Influencer anuncie al año un número de marcas lógico y no 50 al mes, como muchos perfiles están ahora.
- Largo plazo. Colaboraciones de carácter anual, harán que tanto el Influencer, como la marca, puedan cultivar una relación más solida, puedan influir mejor en esa audiencia y ganen en credibilidad.
- Mejor pagadas. Al ser contratos a largo plazo, que aumentan la estabilidad económica al Influencer, esto le permitirá tener que aceptar menos, sentirse más estable en cuanto a ingresos y por ende, mayor capacidad de poder decir que no. Subirán los fees.
3. Figuras más todoterreno.
Los Influencers nacen a través de una red social o de un éxito ajeno a las redes, como puede ser, Cine, Televisión, Deporte, Música… Sin embargo, y frente al pasado, cada vez vemos más como estas figuras son multiplataforma, es decir, tienen presencia en todas las redes sociales.
- Tener presencia en todas las redes sociales, les permite explotar su creatividad dentro de las peculiaridades de cada plataforma, acumular un mayor número de usuarios y ofrecer a las marcas una exposición exponencial a través de muchos más canales.
- Les aporta seguridad frente al fin de alguna red social, banneos, caprichos del algoritmo…
- La profesionalidad aumenta, pues llevar a cabo el peso de creación de contenido a través de cada plataforma, complica la profesión y consigue que solo sea accesible a los mejores.
- Cercanía. Cada red social tiene sus particularidades, desde Twitter, pasando por Instagram, TikTok, Twitch… permite a los seguidores ver las diferentes facetas de la vida de sus “Ídolos”, o figuras de interés, ayudando por ende a la cercanía a los mismos y en consecuencia a la credibilidad.
4. MicroInfluencers y Nanoinfluencers.
En el futuro habrá más Influencers, pero más de nicho. Números más bajos, pero credibilidad y autoridad para hablar de determinados temas, más alta. Cada vez es más difícil para el usuario, sentirse “influenciado” porque una figura como Cristiano Ronaldo, recomiende una marca de galletas. Frente a esto, existen perfiles más de nicho, en el caso de las galletas, por ejemplo, cuentas que prueban comida de Supermercado, en los que el usuario confía más en su criterio.
- Cada Microinfluencer, colaborará con marcas de su sector, en contratos a largo plazo como hemos mencionado, habiendo por ejemplo, microinfluencers de Nike y microinfluencers de Adidas, dentro por ejemplo del sector Fitness.
- Las grandes figuras colaboraran muchas veces a modo puntual con el fin de dar un “chute” de visualizaciones a determinadas campañas o con marcas más globales, como por ejemplo Coca-Cola, Netflix… Marcas que al fin y al cabo tienen públicos objetivos más amplios y capacidad económica para afrontar los fees de estas figuras.
- Las marcas pequeñas crecerán dentro de su sector de la mano de Micro y Nano Influencers, con lo que tendrán relaciones a largo plazo y de las que ambas partes se beneficiaran del crecimiento de la otra.
5. Credibilidad, naturalidad y fin del postureo.
El auge de redes sociales como BeReal no hace más que avisar al sector, los usuarios están cansados del exceso de postureo. Perfiles más cercanos tendrán más futuro dentro de las redes sociales, frente a los perfiles del pasado, enfocados al lujo y lo inasequible.
- Belleza real vs. filtros. Los usuarios quieren paz mental y frente a cuerpos y bellezas a veces irreales y llenas de filtros y maquillaje, prefieren perfiles más reales, sintiéndose más cercanos a ellos.
- Fin de las vidas llenas de lujo, viajes, eventos, marcas… Los usuarios quieren sentirse bien, y estas vidas, que a veces, además, no eran ni si quiera reales, solo hacían que aumentar la inconformidad y el hastío hacia la realidad que el usuario medio vive. Influencers con problemas, con vidas más reales y sin adornar o enmascarar estas, conectarán mejor con los usuarios.
Foto de Oladimeji Odunsi en Unsplash