Si hay compañías que deben reestructurar su estrategia y buscar nuevos enfoques en el desarrollo de productos esas son las industrias tabacaleras. Las marcas que comercializan los tradicionales cigarrillos deben actuar ante las variables del entorno. iQOS, el nuevo producto sustitutivo de Malboro es un ejemplo de ello.
Philip Morris ha presentado iQOS, su nuevo producto que sustituirá al tradicional cigarrillo de Malboro que todos conocemos en pro de un nuevo sistema a disposición de los consumidores de tabaco. Es un dispositivo que elimina la combustión del cigarrillo, reduciendo los daños que causa para la salud un cigarrillo tradicional, aún conteniendo nicotina y sustancias nocivas para las personas.
Los nuevos cigarrillos son especiales para iQOS y se venden en cajetillas de 20 unidades bajo la marca HEETS. No se quiere eliminar el acto de fumar, si no encontrar una alternativa entre el cigarrillo tradicional y los cigarrillos electrónicos.
Este sistema iQOS funciona con cigarrillos reales en comparación al cigarrillo electrónico que no lo hace. La experiencia para el usuario es totalmente distinta. Este nuevo sistema que presenta Malboro es la alternativa al cigarrillo tradicional sin llegar a tener que optar por la opción del cigarrillo electrónico.
Sin lugar a duda, iQOS ha penetrado en un nicho de mercado insatisfecho y que quizás encuentre de manera satisfactoria consumidores que deseen probar algo nuevo con aspecto tecnológico, aunque provoque daños para la salud.
Dentro de la perspectiva del marketing debemos intuir y estudiar el comportamiento del consumidor entorno al tabaco. Es un hábito adquirido y necesario para el fumador que gira entorno a una cajetilla y a un producto unitario que tiene un principio y un fin, el cigarro. Aquí se tiene un mayor control, puesto que se debe consumir un cigarrillo “normal” cada vez que se use iQOS (en el cigarrillo electrónico no es así).
Sin embargo, con este sistema se necesita el dispositivo iQOS para poder fumar, puesto que el acto social de dar/pedir un cigarrillo queda vinculado y restringido a quién tenga el dispositivo. Un cambio en el hábito social de fumar que quizás marque la pauta para que los fumadores acepten o rechacen el producto.
Innovación y creatividad también en productos adictivos y nocivos para la salud.