Leía no hace mucho un artículo en la revista Yorokobu, artículo que firmaba Mar Abad (@marabad), donde decía que el enunciado “pienso, luego existo”, había dominado el mundo occidental durante muchos muchísimos años, y que es ahora cuando deberíamos plantearnos algo: ¿qué pasaría si le diéramos la vuelta?
Es cierto que hemos vivido desde la época de Descartes bajo la doctrina de la razón y la intuición, los sentimientos, emociones, percepciones y sensaciones habían estado guardadas y despreciadas por los pensadores.
Tanto es así que se hablaba que el cuerpo y la mente eran dos entes que se tenían que entender por separado (al contrario que como lo entendían culturas orientales). Pero todo caduca, porque pensamos, existimos y pensamos. O al revés, ya no lo se.
Me considero un absoluto fan de comprender el marketing y el mundo de las marcas desde la perspectiva primera del entorno que nos rodea. Me encanta ver el trabajo previo a cualquier estrategia, campaña, comunicación,…, desde la información que podemos procesar del entorno que está ahí afuera.
Creo que es así, el entorno donde vivimos guarda información que sin darnos cuenta pasa por delante de nosotros y que muchas veces, casi siempre, no percibimos. Esa información viene en paquetes diferentes, como un sonido, una conversación, una imagen, un color, una luz, un olor… Ahí está.
La intuición tomada como un todo junto a la razón nos aportará esa genialidad para poder descubrir insights que nos despierte la creatividad que necesitamos para trabajar con nuestras marcas.
Como leía unas palabras de Vanessa Bejarano, “¿Por qué nadie me ha enseñado a intuir?” Es cierto que muchas de las decisiones más importantes de nuestras vidas son intuitivas, provenientes de todas las señales que nuestra intuición va recogiendo constantemente de todo lo que nos rodea.
Aprender a intuir es hermoso, puesto que los grandes creativos son los que consiguen captar del entorno las señales y los estímulos que ahí habitan. ¿Cómo lo conseguimos? No lo se, pero mi consejo:
Aprende a abrir tus sentidos, a ser más sensitivo y percibir estímulos de tu entorno. No te conformes con lo rutinario, estimula tus sentidos, huye de la razón y rompe los muros que tras muchos años hemos puesto a las emociones.
Técnicas creativas como Gamestorming o Pensamiento Lateral te ayudarán seguro a expandir nuestra mente y jugar con la eterna batalla de la razón versus la intuición.
Fotos créditos: katenasser.com & thatfix.com