¡¡Aviso navegantes!! Esto no va de fútbol, que en parte sí, pero no. Es una historia de oportunidades, alopecia, garra y querer conseguir objetivos.
Gaizka Toquero, para quienes no sean muy futboleros y no lo conozcan es un jugador del Club Athletic de Bilbao. Delantero. 29 años. Vitoria (Álava)
Tesón, esfuerzo, cojones y superación son las constantes que te pueden llevar a conseguir tu sueños, a cumplir tus metas y ganarte un hueco en el corazón de las personas, que al final es lo que importa y lo que nos llevamos.
A veces nuestras apariencias y el no ser conocidos, aparentemente nos pueden dejar en el camino, pero si damos todo lo que tenemos y demostramos lo que valemos, encontraremos nuestro hueco, nuestra oportunidad.
En este caso, Gaizka Toquero es un ejemplo donde la causalidad es parte determinante en esto. Su precoz calvicie y apariencia mayor, hizo por un momento dudar al técnico del primer equipo del Club Athletic de Bibao: “Ese chico me gusta, lástima que sea tan mayor para jugar en primera división”, a lo que alguien cercano le dijo “Míster, el chico es calvo, pero tiene 24 años”.
En este caso el efecto de ser calvo y aparentar mayor le cerraba las puertas de conseguir lo más grande para él. Pequeños detalles nos pueden hacer estar en lo alto, o quedarnos en el nivel medio, no despuntar. Es ok, pero si demostramos cada día lo que somos capaces de hacer, algún día llegará nuestra oportunidad, aunque nos venga más tarde que más temprano.
A Toquero le llegó relativamente tarde, hablando futbolísticamente. De escasa belleza con el balón en los pies y técnicamente justo, se ganó rapidamente un rol de líder en el equipo y en la mente y corazones de los aficionados.
Llegó su oportunidad en el mercado invernal, cuando el equipo ya estaba formado (por si no fuera poco), el único dorsal libre era el número 2, inusual en un delantero como él. Pero Toquero no iba camino de ser el número 1, él era el número 2. Ese número 2 que empuja, que aguanta al equipo, que alienta y lucha, que apoya y lucha, que marca la diferencia en el último instante, y además lucha.
No tienes por qué ser el mejor en tu dedicación, pero sí el que más te esfuerces día a día, minuto a minuto, con entrega y pasión. Al igual que a nuestro amigo Toquero, te llegará la oportunidad y lo mejor es cogerla de frente y seguir luchándola. Te ganarás a tu afición.
Dedicado a mi compañero y amigo Fabián Villena, excelente coach y mejor persona.
Foto: lainformacion.com