La educación es uno de los principales activos para que una sociedad avance de manera eficaz, eficientemente, pero también de manera saludable. Las metodologías educativas tienen que modificarse para adaptarse a entornos cada vez más complejos, como lo hacen modelos “as a service” como Odilo y su itinerario escalado e ilimitado de enseñanza. El entorno demanda cada vez más tomas de decisiones complejas, tanto en el ámbito profesional como, sobre todo, en el personal. Por esa razón, el enfoque P21 trabajó sobre el modelo de las 4C para iluminar la formación basada en el siglo XXI.
El enfoque P21 fue fundado en 2002 dando forma a una organización sin ánimo de lucro que incluía a diferentes organismos y entidades de los EE.UU. De ello participó desde el departamento de educación, diversas organizaciones como Apple Computer, AOL Time Warner Foundation, Cisco System, etc. además de personas particulares. El objetivo era poner en diálogo aquellas habilidades fundamentales para el siglo XXI y cómo llevarlas a un modelo de educación para que los estudiantes tuvieran un currículum más completo y mejor equipado.
Es realmente importante tomar este tipo de planteamientos como algo crucial para el desarrollo social. Los estudiantes tienen que tener una balanza entre las diferentes disciplinas y habilidades, y éstas, lo queramos o no, están variando con el paso del tiempo. Como apuntan desde Fundación La Caixa en este artículo en El Mundo, la educación debe estar blindada para asegurar el futuro:
El Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) cifra en 263 millones los niños y jóvenes sin escolarizar. De estos, 61 millones deberían cursar educación primaria -de 6 a 11 años-. Otros 60 millones deberían ocupar pupitres en el primer ciclo de secundaria -de 12 a 14 años- y 142 millones, en el segundo ciclo de secundaria —de 15 a 17 años—. La Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030 estableció como punto 4 de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible que se debe “velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces”.
Fundación La Caixa
¿Qué es lo que propone el enfoque P21?
El marco del enfoque P21 abarca desde las habilidades que los estudiantes del siglo XXI deben de adquirir, como los recursos que deben tener los profesores para alcanzar los objetivos. Las asignaturas deben incluir temáticas básicas que acontencen al siglo XXI, para fortalecer que los alumnos sean independientes y estén listos para la toma de decisiones complejas. Es importante darse cuenta que los alumnos de hoy se enfrentarán mañana a profesiones que todavía no existen y manejarán herramientas todavía por desarrollar.
Sin olvidar competencias como el idioma inglés e idiomas en general, lectura, artes, matemáticas, economía, ciencias, geografía, historia, gobierno y civismo. Además, promover la comprensión de temas como la conciencia global, financiera, la educación para la salud y la alfabetización ambiental. Por supuesto, todo esto se debe acompañar por una sólida formación y domino de las TIC.
Todo esto, junto a las denominadas habilidades blandas (soft skill) como la flexibilidad, adaptabilidad, iniciativa, liderazgo y responsabilidad serán clave para el currículum y la instrucción de los alumnos. Algo que Carlos González nos recuerda con esta columna sobre el interesante concepto de “El Pensamiento No Humanoide”.

Pensamiento crítico en el modelo de educación 4C
Pensar, pero pensar bien siempre debe ir de la mano de una buena educación. No se puede entender el sistema de aprendizaje sin pensar de manera crítica. La resolución de problemas de forma efectiva en el aula es fundamental para un desarrollo independiente del individuo.
El pensamiento crítico fomenta en el alumno la capacidad de análisis, tener un mayor nivel de concentración y mejorar su proceso de pensamiento en general. En la sociedad actual las personas deben tener un pensamiento que les lleve a comparar, analizar y tomar decisiones coherentes y sensatas.
El entorno actual cargado de “fake news”, competencia extrema y fuentes de información cada vez más polarizadas se necesita una capacidad de pensamiento crítico activo para no caer en errores, que a largo plazo serán difíciles de enmendar.
Por último, la conexión entre el pensamiento crítico y las otras C es realmente importante. Cuando un individuo posee un pensamiento de calidad también potencia el pensamiento creativo: produce y evalúa, genera y juzga los productos origen de su pensamiento. Sin olvidar que la llegada de la Web3 nos trae un entorno altamente colaborativo donde los trabajos en equipo se desarrollarán entre personas desconocidas en lugares y tiempo dispares, situaciones que requerirán de un alto nivel de pensamiento.
Comunicación en el modelo de educación 4C
El Marco de habilidades del siglo XXI presenta a la comunicación como una de las más importantes. La alta cantidad de información generada y recibida a diario debe sustentarse en un modelo de gestión personal fortalecido por el conocimiento y la consciencia. Tanto recibir, filtrar y evaluar la información recibida de medios de comunicación como de compañeros de trabajo, como también emitir mensajes claros, concisos y abiertos al entendimiento de una sociedad más globalizada.
Como las otras C, la comunicación no se puede entender en solitario. Una comunicación eficaz se dará siempre que el mensaje sea recibido y comprendido y, para eso, la cooperación y la colaboración debe darse de manera eficiente.
Como recogen desde Wikipedia, los profesores John Seeley Brown y Paul Duguid describen el trabajo eficaz en equipos como aquellos en los que “la conversación y la forma de trabajar, la comunicación y la práctica son inseparables. Para Daniel Pink, la colaboración, empatía y habilidades sociales, son lo que él llama “Toque” de altas aptitudes, junto con las altas aptitudes y los conceptos enumerados anteriormente, representan la “mente entera”.
Colaboración en el modelo de educación 4C
Debido al desarrollo tecnológico y la globalización, la colaboración se ha hecho evidente en los últimos tiempos. Ejemplos como Uber, Airbnb, Wallapop y demás, manifiestan la importancia de saber enfocar y trabajar bajo entornos totalmente colaborativos que buscan resultados mejores y más eficientes.
Los estudiantes que trabajan de forma colaborativa llegan a mejores resultados debido a que la diversidad aporta visiones culturales diferentes, enriqueciendo el proceso. De hecho, se considera que el trabajo colaborativo genera mucho más conocimiento que el individual, ayudando a las masas a tomar mejores decisiones. Algo parecido a lo que sucede en el modelo de trabajo científico o académico, donde nutrirse de trabajo desarrollado por compañeros ayuda a seguir investigando y avanzando en cada campo y disciplina determinada.
Creatividad en el modelo de educación 4C
Si los estudiantes de hoy salen de las escuelas con la capacidad creativa adecuada, podrán generar la suficiente innovación para que el mundo que nos espera avance de forma sostenible. El éxito personal y profesional pasa por la capacidad de ser creativo, de pensar de manera disruptiva y de dar respuestas a un entorno competitivo cada vez más automatizado.
De hecho, personalidades tan influyentes como Sir Kenneth Robinson, dijo: «La creatividad es tan importante en la educación como la alfabetización y debemos tratarla de la misma manera». Se debe fomentar el pensamiento creativo en el aula, un pensamiento que esté alineado con la resolución de problemas complejos y excluir el miedo a fallar.
La creatividad se entrena a base de metodologías, como “Los 7 pecados laterales”, que dan herramientas para ayudar al pensamiento a llegar a metas clarificadoras. El pensamiento creativo está íntegramente relacionado con las demás variables del modelo 4C: para conseguir innovación se debe pensar de manera creativa, trabajar en equipo y fomentar una comunicación eficaz.

Foto de Kenny Eliason en Unsplash