Los sistemas BNPL (buy now, pay later) están proliferando en el entorno digital como puros potenciadores de compra. Actúan como el empujón definitivo para llevar a cabo esa “compra dudosa”. Modelos de micro-financiación que son muy ventajosos a corto plazo, pero peligrosos a largo plazo si no se cumplen las condiciones pactadas.
Realmente son modelos que aportan ventajas y beneficios tanto al consumidor como al minorista. Éste último puede ver aumentado su volumen de ventas gracias al empujón final que un BNPL puede jugar en el momento de la verdad, pero los consumidores también pueden obtener tanto beneficios como riesgos.
La balanza funcional vs emocional en los sistemas BNPL
Una de las claves está en el papel que juega la balanza entre los factores funcionales y emocionales dentro de un proceso de compra. Está claro que los métodos BNPL conviven en el escenario digital donde la persuasión y el entorno de presión hacia una compra es alto e insistente, por eso hay que tener especial cuidado con estos sistemas. De manera funcional son excelentes para retrasar y fraccionar el pago de cualquier compra que se base en un aspecto de necesidad. Eso conseguirá que la financiación del consumidor pueda ser más ventajosa y ejecutarse con mayor facilidad, siempre que se mantenga la consciencia en el acto de la compra, cosa que a menudo no es así.
El riesgo llega cuando esos aspectos funcionales, racionales, pierden peso frente a las emociones. Aquí entran en escena variables como la urgencia, la escasez o incluso el protagonismo por poseer un tipo de producto u otro. Los sesgos de percepción que aportan este tipo de sistemas de micro-financiación son muy altos, y pueden generar una ilusión que no contemple el gasto realizado al ser este transportado inmediatamente al futuro.
Es decir, las compras impulsivas se pueden ver incrementadas con este tipo de modelos, lo cual puede conllevar a futuros problemas económicos y financieros a los consumidores que trasladan el “dolor del pago” al futuro. Siempre que sean compras funcionales, racionales, serán una herramienta interesante para conseguir ventajas financieras si las condiciones son realmente buenas.
¿Qué letra pequeña tener en cuenta para que no se vuelva en contra?
Como en la mayoría de productos financieras de este tipo, la denominada letra pequeña es clave. Estos modelos ofrecen condiciones muy ventajosas, siempre y cuando se cumplan las condiciones en la devolución de las cuotas de manera escrupulosa, de no ser así, las penalizaciones suelen ser realmente importantes.
Podríamos decir que, en la gran mayoría de ocasiones, cuando un consumidor se enfrenta a una opción de este tipo, no atiende de manera exhaustiva a las condiciones específicas del producto por la razón de que no interpreta un modelo BNPL como un producto financiero al uso. Su forma de mostrarse, sus marcas, logotipos, su comunicación… es distinta a las tradicionales entidades de crédito, financieras y/o bancarias, por lo que todavía no trasladamos los miedos, riesgos e incertidumbres adquiridas con éstas últimas en los nuevos modelos BNPL que ahora encontramos, además, en un escenario todavía nuevo para nosotros como es el digital.
¿Qué beneficios y/o riesgos entraña para la sociedad un uso excesivo de compras por BNPL?
Normalmente, al tratarse de cantidades pequeñas en compras de productos con tickets medio no demasiado alto, la percepción en el control se diluye bastante. Los principales riesgos para la sociedad son los de establecerse en priorizar el presente de manera constante sin evaluar los sucesos que pueden acontecer en el futuro.
No debemos olvidar que los modelos BNPL se basan en aplazar el pago, pero en realidad de lo que se trata es de aplazar (o incluso eliminar) la decisión de evaluación al futuro. Se convierte en una decisión con impacto en el largo plazo, y ya sabemos, en el largo plazo, cualquier cosa puede suceder.
Esa eliminación de auto-evaluación o auto-diagnóstico a la hora de enfrentarnos a una compra es lo importante. Pueden proliferar las compras impulsivas y eso no beneficia a una sociedad de consumo sana, sobre todo, en el público joven, millenial, que es uno de los que más usan y asumen esta manera de comprar y pagar. El peligro es eliminar esa pregunta que nos solemos hacer de: “¿merece la pena?”
Ya hay países de nuestro alrededor como UK que están poniendo medias de control a los modelos BNPL, pero sin duda y desgraciadamente, las mayores medidas llegarán cuando el problema será realmente real y profundo (si es que realmente puede llegar a serlo).
Foto: UN