En todo marco estratégico debemos definir objetivos y saber en todo momento cómo podemos medirlos. Esta medición en algunas ocasiones responderá a valores cuantitativos y en otras a valores cualitativos, pero sea como sea, los conceptos de KPI y OKR nos ayudarán.
En realidad son dos métodos para gestión del rendimiento distintos y a la vez complementarios. En resumidas cuentas, los KPI nos ayudan a conocer el rendimiento de un objetivo mientras que los OKR nos permiten armar dichos objetivos. Vamos a conocerlos en mayor detalle.
¿Qué es un OKR y un KPI?
Dentro de que responden a métodos diferentes, su aplicación está directamente vinculada con los objetivos de cualquier estrategia. Mientras que los OKR (Objetives and Key Results) son los objetivos y resultados claves que se espera de una determinada estrategia o acción, los KPI (Key Performance Indicators) son los indicadores clave de desempeño. Estos últimos miden y hacen seguimiento de manera más precisa los resultados obtenidos.
Siempre hay que tener en cuenta que los KPI serán números medibles y los OKR serán objetivos u resultados clave. Un ejemplo: el “número de likes de una publicación” será un KPI, mientras que “aumentar las ventas cruzadas en un 10%” será un OKR.
Ambos métodos son totalmente compatibles, puesto que los OKR nos darán los objetivos y resultados que deseamos conseguir, y los KPI mostrarán el desempeño real conseguido.
Dentro de os OKR un objetivo te dice dónde quieres llegar y un resultado clave te mide si estás en el camino adecuado.
Por ejemplo, ante un objetivo que puede ser “lanzamiento exitoso de estrategia de blog corporativo”, algunos de los resultados clave pueden ser “100 share de post”, “50 likes en Linkedin” o “50 suscriptores al blog”.
O: lanzamiento exitoso de estrategia blog
KR 1: 100 shares de post
KR 2: 50 likes en LinkedIn
KR 3: 50 suscriptores al blog
Son, ni mas ni menos que un puente que sirve de vehículo entre los objetivos y la consecución de la realidad. (Quizás también te interese Metodología SOSTAC para tu estrategia digital)
Por otro lado, los KPI son una manera potencialmente exitosa de medir un proceso o una actividad. Saber de forma cuantitativa su rendimiento. Algunos KPIs pueden ser la tasa de conversión, tasa de abandono, tasa de rebote, etc.
Los KPI’s son métricas para conocer el estado actual de tu negocio, mientras que los OKR te ayudarán a plantear el futuro y ayudarte a conseguir tus planteamientos. De hecho, un KPI que desees mejorar te ayudará a plantear un nuevo OKR.
Veamos un ejemplo:
Piensa que tras analizar el tiempo de respuesta del equipo de atención al cliente de tu ecommerce en el chat online el KPI obtenido es un promedio de 30 minutos. Si solo nos centráramos en el KPI el objetivo sería cuantitativo, por ejemplo, disminuir el tiempo a 15 minutos. Sin preocuparnos del cómo y cuáles serían sus consecuencias.
En cambio, esto puede dar pie a un OKR donde su objetivo (O) podría ser “mejorar la atención al cliente”, siendo resultados clave (KR) “disminuir el tiempo de espera a 15 minutos”. Ahora las tareas a fijar podrían ser contratar a más personal, incrementar las horas de atención, implementar otro canal, etc.