En todo departamento de marketing es sabido que una de las tareas más complejas y a la par más importantes, es la medición. Intentar medir en todo lo posible, antes y después de cualquier lanzamiento de producto o servicio, o incluso después de cualquier campaña de comunicación.
La creatividad es mágica (lo sabemos gracias a la técnicas de Gamestorming), nos lleva a resultados que totalmente innovadores y provocadores, pero antes de aventurarnos con un nuevo producto en el mercado, debemos intentar probarlo.
Para ello se desarrollan técnicas como la de Test de Producto, que equivalen a una prueba del producto que se va a entregar al perfil de consumidores tipo seleccionados previamente en la etapa estratégica.
Un estudio del mercado objetivo, saber y conocer si mi nuevo producto o servicio será percibido por el público de la manera correcta y poder así, desarrollar cambios y mejoras en el mismo para afinar más si cabe el desarrollo del mismo.
¿Qué podemos averiguar con un Test de Producto?
- El número de opciones disponibles en el mercado semejantes a mi producto. Si me encuentro en un estado de unicidad, la ventaja competitiva está clara, pero deberemos conocer hasta qué punto existen productos sustitutivos o alternativos a mi proposición.
- El nivel del conocimiento del target es fundamental. El público al que vamos dirigidos debe estar muy bien estudiado desde el comportamiento del consumidor para obtener una información fiel y lo más semejante posible a la realidad.
- Saber la percepción del precio por parte del público. Conocer si es demasiado caro, o demasiado barato, o si realmente el precio del mismo deja indiferente a un consumidor con ganas de novedades.
- Identificar si la marca propuesta, naming, eslogan, diseño gráfico es adecuada y es interpretada correctamente.
¿Cuál es la finalidad de un Test de Producto?
- Evaluar, lo nuevo, mejorado que es el producto o servicio.
- Optimizar la creatividad para afinar el producto final.
- Evaluar atributos, tanto funcionales como emocionales que estén implícitos en la conceptualización del producto.
Realmente es importante, y nada fácil, llevar a cabo un Test de Producto que aporte conclusiones relevantes, pero sí se facilita el trabajo cuando la parte estratégica está bien abordada. Termino y os dejo una “leyenda” que leí hace un tiempo:
Dicen que el primer iPod que se lanzó al mercado tuvo un test de prueba en un reconocido barrio LGTBI de Estados Unidos. Sabido que este tipo de consumidores son marcadores de tendencias, la compañía optó por decidir que si su producto triunfaba allí, triunfaría en el resto del mundo. Ahí lo dejo…