Hay muchos métodos y técnicas para la creación de nuevos productos que lanzar al mercado, pero sobre todo una muy sencilla para crear auténticos productos sorprendentes. No es incluso ni una técnica, es una manera de pensar diferente a la que estamos acostumbrados. Os cuento…
Yo inicié mis estudios como Ingeniero Técnico en Diseño Industrial y cuando después de algunos años empecé con mis estudios en Marketing y me hablaban de esto llamado creatividad empecé a darme cuenta que en aquella ingeniería me faltaron algunos conocimientos muy importantes por aprender.
Y es aquí cuando me fijo en las emociones. En todos y cada uno de los sectores en los cuáles nos centremos, diseñar un producto nuevo basado en sus aspectos funcionales o diseñar otro basado en sus aspectos emocionales, nos dará un resultado totalmente diferente el uno del otro. Estoy seguro.
En esa ingeniería nos formaban como muy buenos técnicos, con la capacidad de lanzar productos nuevos técnicamente perfectos, pero no me hablaban de conocer al consumidor, de saber analizarlo, de buscar sus necesidades más profundas. De esta manera nunca podríamos tocar la emoción, ni tan siquiera por casualidad!!
El diseño de nuevo productos sorprendentes pasa por integrar las emociones y sentimientos que encontramos en el análisis del entorno y el análisis de los consumidores objetivo en el futuro producto. Y chicos, cuando digo análisis de los consumidores me refiero al análisis por estilos de vida y comportamiento de los nuevos consumidores.
Por ejemplo, para que nos quede más claro me vais a permitir que os cuente un hipotético caso:
Cuando tenemos que diseñar un nuevo juguete, por ejemplo, un nuevo cochecito a pedales o con batería, para niños tendríamos diversas opciones, pero si lo diseñara pensando solo en aspectos funcionales sería algo tal que así:
Perfecto, ergonómico, seguro, con materiales de buena calidad, resistente, etc. Aparentemente el juguete que elegiría el padre, el decisor de la compra (aunque el niño tiene su parte de decisión, no creáis, si no, leer este interesante post de Francisco Torreblanca: El momento pataleta).
Pero, ¿y si diseñamos algo basado en las emociones? En las emociones que podemos despertar en los niños y sobre todo en los padres. Pues podemos tener algo así:
El niño, imaginad que contento y feliz por conducir ese coche que ve en los anuncios de televisión y que ve en la calle a todas horas, o incluso que tiene papá. Y el padre, si no ha podido comprar nunca ese coche, apelaremos a la emoción de verse reflejado en su hijo, y si por el contrario tiene ese vehículo, ¿que sería más bonito que mi hijo tuviera la versión mini?
Esto y mucho más conseguimos cuando aplicamos las emociones bien segmentadas al diseño de productos para obtener verdaderos productos emocionales.
Foto portada: grafiscopio.com