Seguro que has oído hablar de la “tasa rosa” durante estos últimos días. No es un concepto nuevo, pero sí ha saltado a la actualidad relacionado con la rebaja del IVA a los productos de higiene femenina, el cuál no tiene una relación directa. Aunque, sin duda, guarda un enfoque interesante que a continuación te cuento.
La denominada como “tasa rosa” define a todos aquellos productos dirigidos hacia el público femenino que, teniendo las mismas funcionalidades que otro enfocado para el masculino, el primero tiene un precio mayor. Uno de los iconos más memorables de todo esto es el clásico color rosa, de ahí su nombre.
Este tipo de acciones se deben a que tradicionalmente se ha pensado desde el entorno de las marcas que las mujeres están dispuestas a pagar un poco más por un producto exclusivo. Productos que vayan dirigidos expresamente a su estilo de vida, sus gustos y necesidades y que evoquen una edición especial o limitada. Acciones puramente de marketing.
¿Qué es la “tasa rosa” y por qué las mujeres pagan más en ciertos casos?
Aunque, mirando esta actividad con los ojos del presente nos damos cuenta que algo no nos encaja. Quizás, racionalmente no tiene sentido pagar un poco más por un color determinado, pero emocionalmente las decisiones son casi autónomos y no podemos controlarlas. No se trata tanto de una estrategia basada en la discriminación de género, si no en una estrategia basada en precio. Como decía, se ha creído que la mujer es capaz de pagar un poco más por determinados productos y esto afecta a la estrategia de precio de una marca.
Ejemplos de productos que caen dentro de esta “tasa rosa” hay muchos: desde cuchillas de afeitar, desodorantes… hasta juguetes o productos de papelería. Realmente, en este caso, el público femenino se ve afectado económicamente por esta estrategia, puesto que en algunos casos el precio de la versión femenina se incrementa hasta en un 7%.
Hoy en día, ante el cambio generacional que estamos experimentando esta acción de marketing quizás se quede obsoleta o incluso pueda estar poco indicada. Ante una generación mucho más reivindicativa y activista, marcas que jueguen con este tipo de productos y la “tasa rosa” pueden verse involucradas en conflictos de reputación e imagen debido a apariencias de discriminación.
Qué piensas, ¿esta “tasa rosa” responde a una estrategia de marketing o a una discriminación por género?
Foto: bK