La revolución de la compra digital ha supuesto un cambio en el consumidor, pero todavía más en la distribución. Nuevas formas de actuar potencian tendencias donde la inmediatez se consolida como la máxima premisa.
Por delante de precio, marca o calidad, el tiempo de entrega es el máximo exponente que trabajan las principales compañías del mercado. Esto supone apropiarse de una fuerte ventaja competitiva y resaltar de la competencia, o ser solo uno más.
Este modelo de distribución rápida y ágil se denomina como quick commerce o qcommerce. Como digo, una tendencia en auge total donde ya no se busca la rapidez, si no conseguir una entrega ultrarápida.
Los supermercados fantasma y la tendencia Quick Commerce
Algo así está sucediendo en el entorno de los supermercados. No tanto en la compra semanal pero sí en la compra de conveniencia se está viviendo una explosión total debido al auge de los supermercados fantasma.
Los supermercados fantasma, o también conocidos como dark stores, son establecimientos que en ningún caso están abiertos al público y solo operan de forma digital. Estos súpers almacenan, empaquetan y distribuyen los pedidos que se reciben a través de la app con el compromiso de entrega en menos de diez minutos.
Como ya pasó con el boom de los restaurantes fantasmas, donde solo existen las cocinas para preparar los pedidos a domicilio, el delivery en la compra de productos de conveniencia también se está viendo envuelta en esta revolución.
Marcas como Dija, Glovo, Blok o Gorillas ya operan en España con diferentes supermercados fantasmas en las principales capitales del país. Suelen ofrecer un catálogo reducido de productos, entre 1.500 y 2.500 referencias que incluyen productos frescos y con un rango de precios similar a una tienda tradicional.
El consumidor, sobre todo el más joven, está dispuesto a pagar el euro o dos euros de cargo por el envío antes que invertir el tiempo en acudir al supermercado físico. La inmediatez es la clave de este entorno que repunta de forma abrumadora.
Los supermercados fantasma, o dark stores, son una tendencia que ha llegado para quedarse y que pronto observaremos más de cerca en muchas más ciudades y barrios de nuestro país.