Si algo me queda claro cada día cuando trabajo en marketing es que el principio y el final de cada proyecto, de cada acción, debe estar perfectamente controlado y definido. El objetivo a elegir es primordial para avanzar de manera correcta y encaminada hacia el fin, al igual que tener una acertada medición para comprobar que el trabajo ha funcionado o por el contrario necesita mejorar.
Los objetivos son uno de los primeros pasos que debemos dar en nuestro plan de marketing y la acertada elección de los mismos nos dará pie a un mejor desarrollo del trabajo. La forma de elegir el objetivo más correcto puede venir marcada por esta primera selección:
- Objetivos generales: Son los que se marcan de manera más genérica. Por ejemplo: ser referentes en el mercado, incrementar la rentabilidad, aumentar la imagen de marca, o incluso lo que marca la propia visión de la empresa.
- Objetivos específicos: Estos objetivos son un paso más concretos que los anteriores. De hecho, estos objetivos van asociados a los generales, por ejemplo: aumentar la rentabilidad un 5%, aumentar la cuota de mercado en 6 meses, etc.
Este tipo de objetivos se establecen en un plano cuantitativo y cualitativo, pero también te pueden servir otros objetivos basados en un ámbito temporal:
- Objetivos a largo plazo: Estos también se pueden llamar objetivos estratégicos y suelen establecerse entre 3 y 5 años. Incluso, y esto es una opinión personal, deberían de establecerse en un ámbito de tiempo mucho más reducido hoy en día. Estos objetivos deben tener asociados unos objetivos tácticos.
- Objetivos a medio plazo: También denominados objetivos tácticos y se establecen en base a los objetivos a largo plazo. Su periodo temporal se establece entre 1 y 3 años y deben de tener asociados unos objetivos operacionales.
- Objetivos a corto plazo: Estos objetivos también se llaman operativos y se basan en los objetivos a medio plazo por un tiempo no más allá de un año.
Según estas dos clasificaciones puedes crear tus objetivos de manera coherente para el plan de marketing de tu marca o empresa. A partir de ahí, las estrategias, acciones y medición que satisfarán a esos objetivos.
Por último, intenta que estos objetivos cumplan con la regla de los Objetivos SMART:
- Specific (Específico). El objetivo debe ser concreto y sencillo.
- Measurable (Medible). Intenta que el objetivo sea cuantificable, medible.
- Attainable (Alcanzable). Debe ser ambicioso pero coherentes.
- Realist (Realista). Que los objetivos estén dentro de nuestras posibilidades.
- Timely (Tiempo). Establece una línea temporal.