Por suerte, cada vez somos conscientes del despilfarro de alimentos que se lleva a cabo cada día en casi todos los supermercados de países desarrollados. La sociedad de consumo nos ha llevado a unos cánones de belleza en los alimentos frescos, sobre todo en frutas y hortalizas, que nada tienen que ver con lo funcional pero, al perecer, sí con lo emocional.
La norma no escrita que se ha impuesto desde hace tiempo en la sociedad de consumo es la de seleccionar los alimentos frescos por su apariencia y belleza. Esto no hace más que convertir a frutas, hortalizas y verduras en productos que se adquieren por su aspecto y no por su aporte de nutrientes o beneficios a la salud.
Esto supone que los alimentos que no pasan el filtro de calidad, de belleza, son desechados y puestos en manos de la basura. Igual ocurre con los alimentos próximos a su fecha de caducidad y que no se pueden vender, pero sí todavía ser consumidos con total garantías.
Una práctica extendida, normalizada, pero que si la observamos desde el sentido común y el respeto no nos cabe duda que debe ser repensada y que requiere de acciones inmediatas.
Estas acciones ya están ocurriendo en muchos países y en muchos supermercados, aquellos que apuestan por un marketing social real y que piensan que el desperdicio de comida debe ser reconsiderado muy seriamente.
Este es el caso de Lidl en Reino Unido, el cuál ha lanzado una nueva forma de comprar productos frescos y de paso dar una oportunidad a esas frutas y verduras que peor aspecto tienen.
La acción que se está llevando a cabo en algunas tiendas seleccionadas, y dentro del compromiso de reducción de desperdicio de alimentos en un 25% antes del 2020, consiste en adquirir una caja de 5kg de frutas y verduras dañadas por 1,5 Libras.
Estas frutas y verduras imperfectas o dañadas tendrán una segunda oportunidad y todo lo que recauden será destinado a diferentes obras sociales.
Por el momento es una acción puntual, que supongo todos esperamos no quede solo ahí, pero sí un bonito paso para llevar nuestro mundo y nuestra sociedad de consumo hacia horizontes más sensatos y sociales.
Todos y todas las marcas tienen la oportunidad y el deber de contribuir para conseguir un mundo mejor, y el marketing social es una herramienta que ayuda estratégicamente a ello.
Foto: independent.co.uk
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Paco, este es un enfoque en las cosas objetivas, penetra en el contenido y esencia de la calidad de vida de las personas y al mismo tiempo en la otra cara de la moneda, que por cierto se esconde como una bomba de acción retardada. Aplaudimos tus enfoques sobre estos temas, que no solo tengan un efecto ergonómico y mercantil, sino que tengan impacto en el estilo de vida, la salud, el control emocional y la seguridad integral de las personas.
Por supuesto, 100% de acuerdo!