Karma marketing, de clientes a fans a través de la generosidad de marca

Siempre hemos oído hablar de esa energía que equilibra las cosas se suceden a nuestro alrededor, sobre todo, cuando ocurre algo negativo y lo acompañamos con “eso es el karma”, ¿crees en ella? Como en la vida cotidiana, este concepto ha llegado a tener un sentido muy interesante en el entorno empresarial llegando a conocerse como karma marketing.

Este enfoque no solo busca impactar en las ventas, mas bien construir relaciones sólidas con los clientes y con la comunidad en general. Eso se hace a través de acciones positivas y con cierta responsabilidad social, aunque cuidad, no confundir karma marketing con otras estrategias como RSC, customer experience y demás.

Primero, ¿qué entendemos como karma?

El karma es un concepto profundamente arraigado en diferentes religiones, particularmente en el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo. Aunque puede tener matices ligeramente diferentes según la tradición, en general, el karma se refiere al principio de causa y efecto en relación con las acciones que llevamos a cabo.

En su forma más básica, el karma sostiene que las acciones de una persona, ya sean físicas, mentales o emocionales, tienen consecuencias. Estas consecuencias pueden manifestarse en esta vida o en futuras reencarnaciones, dependiendo de las creencias de cada tradición religiosa. El karma no se limita solo a las acciones, sino que también puede estar influenciado por las intenciones detrás de esas acciones.

El término “karma” se deriva del sánscrito y significa “acción” o “hacer”. Según la ley del karma, las acciones positivas tienden a generar resultados positivos, mientras que las acciones negativas tienden a generar resultados negativos. Esto no implica necesariamente una idea de castigo o recompensa divina, sino más bien una comprensión de que nuestras acciones tienen un impacto en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.

El karma también puede ser visto como un ciclo de causa y efecto, donde las acciones de una persona en el pasado influyen en su presente, y las acciones en el presente influirán en su futuro. En este sentido, el karma es un recordatorio de la responsabilidad individual y la importancia de tomar decisiones conscientes y éticas en la vida. De ahí la famosa coletilla, “es el karma”.

Ahora bien, ¿qué es el karma marketing?

En esencia, el karma marketing se basa en el principio del karma: la idea de que nuestras acciones tienen consecuencias, y que las acciones positivas generan resultados positivos.

En el contexto del marketing, esto se traduce en que las empresas pueden construir una reputación fuerte y sólida. De ese modo, así generar lealtad de marca al realizar acciones que beneficien a la sociedad, el medio ambiente o a comunidades específicas. Es una perspectiva global hacia donde enfocar el trabajo estratégico de una marca e intentar convertir clientes, consumidores en fans.

Cómo funciona el Karma Marketing

El karma marketing funciona a través de una serie de pasos estratégicos:

  1. Identificación de valores: todas las marcas deben primero identificar los valores que resonarán con su audiencia y se alinean con su propósito de marca. Esto puede incluir la sostenibilidad, la responsabilidad social, la equidad y la justicia, entre otros.
  2. Implementación de acciones positivas: las empresas llevan a cabo acciones concretas que reflejan esos valores. Esto podría implicar donaciones a organizaciones benéficas, iniciativas de sostenibilidad, programas de voluntariado corporativo o prácticas comerciales éticas, entre otros.
  3. Comunicación efectiva: es crucial comunicar de manera efectiva estas acciones a la audiencia. Se pueden utilizar las plataformas de comunicación para destacar esfuerzos y generar conciencia sobre las causas que se apoyan.
  4. Construcción de relaciones: a medida que las acciones positivas se vuelven más conocidas, las marcas pueden construir relaciones más sólidas con sus clientes. La transparencia y la autenticidad son clave en este proceso.
  5. Impacto a largo plazo: con el tiempo, el karma marketing puede generar un impacto duradero en la percepción de la marca, la lealtad del cliente y, en última instancia, en el éxito comercial.

Hay que tener muy en cuenta que el karma marketing es una estrategia que puede ser sus frutos a largo plazo, nunca a corto plazo.

Ejemplo de karma marketing: zapatos TOMS

TOMS es una marca de calzado y accesorios conocida por su compromiso con la responsabilidad social y su modelo de negocio único “One for One” (Uno por Uno). Fundada en 2006 por Blake Mycoskie, TOMS se comprometió a donar un par de zapatos nuevo a niños de comunidades con necesidades por cada par de zapatos que vendiera.

El modelo “One for One” de TOMS se ha expandido a lo largo de los años para incluir otros productos, como gafas de sol y productos para la vista. Estos proporcionan asistencia médica a personas en comunidades de todo el mundo. Este enfoque no solo ha tenido un impacto significativo en las vidas de millones de personas, sino que también ha posicionado a TOMS como un líder en responsabilidad social corporativa.

Además de su modelo de negocio, TOMS ha implementado otras iniciativas de karma marketing, como:

  • Programas de voluntariado: La marca anima a sus empleados y clientes a participar en actividades de voluntariado en sus comunidades locales y globales.
  • Educación y concienciación: TOMS utiliza sus plataformas de marketing para educar a los consumidores sobre los problemas sociales y de salud que enfrentan las comunidades desfavorecidas en todo el mundo. Esto incluye campañas de concienciación sobre la pobreza, la falta de acceso a la educación y la salud visual.
  • Sostenibilidad: La marca se ha comprometido a mejorar la sostenibilidad en toda su cadena de suministro, desde el cultivo de algodón orgánico hasta la reducción de residuos en sus operaciones.

El enfoque de TOMS en la responsabilidad social y el karma marketing ha sido fundamental para su éxito comercial y su impacto positivo en el mundo. La marca ha demostrado que es posible hacer negocios de manera ética y rentable al mismo tiempo, y ha inspirado a otras empresas a seguir su ejemplo.

Foto de Claudio Schwarz en Unsplash

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Salted Books anima a comprar a librerías en lugar de a billonarios

En un mundo donde las grandes corporaciones parecen dominar todos los aspectos de nuestras vidas, desde lo que comemos hasta cómo consumimos información… llega Salted Books, desde Lisboa, para recordarnos la importancia y el impacto de apoyar a los pequeños negocios locales. En particular a las librerías independientes. Su mensaje es claro: compra en librerías, no a un billonario (buy book from bookshop not a billionaire)

El valor de lo local ante la globalización

Salted Books no es solo una librería, es un espacio cultural y comunitario. Al entrar, te puedes sentir acogido por un ambiente que respira autenticidad, un lugar donde cada libro ha sido seleccionado cuidadosamente, no solo para venderse, sino para aportar algo significativo al lector. De hecho, solo tienen en stock unas pocas unidades de cada ejemplar. Este enfoque, obviamente, contrasta con la experiencia impersonal, pero porqué no decirlo, atractiva, de las tiendas online donde los algoritmos dictan las recomendaciones y el objetivo principal es maximizar las ventas a gran escala.

En Salted Books, cada libro cuenta una historia. No solo la que está impresa en sus páginas, sino también la historia de su selección, de cómo llegó a estar en ese estante y de lo que representa para la comunidad que lo rodea. Comprar allí es una experiencia enriquecedora, un acto que conecta al lector con una red más amplia de autores, editores y otros lectores que comparten una pasión genuina por la literatura.

salted books lisboa

Un mensaje basado en ironía

El mensaje de Salted Books resuena con fuerza en un contexto global en el que la homogeneización de la cultura amenaza con borrar las diferencias que nos enriquecen. Las grandes tiendas como Amazon tienden a promover los títulos más vendidos, aquellos que tienen el mayor atractivo comercial, dejando a un lado obras más arriesgadas, innovadoras o simplemente diferentes. Esto no solo limita la diversidad literaria, sino que también reduce el acceso a alternativas y a narrativas que desafían el statu quo.

Al elegir comprar en una librería independiente, los lectores están tomando una postura contra esta tendencia. Están diciendo que valoran la diversidad, que aprecian las recomendaciones personalizadas y que prefieren apoyar a las personas detrás de cada libro, desde el autor hasta el librero, en lugar de contribuir a la creciente concentración de la riqueza.

Más allá de un libro o un negocio local

Este mensaje principal de Salted Books es más que un simple mensaje con un gancho de marketing excelente. Nos invita a repensar nuestras decisiones de compra y a considerar el impacto de nuestras elecciones en el mundo que nos rodea.

Comprar en librerías independientes es mucho más que adquirir un producto; es un acto de apoyo a la cultura, a la diversidad y a la comunidad. Es una manera de resistir la dominación de los gigantes corporativos y de asegurarnos de que el futuro de la literatura y la cultura siga siendo tan vibrante y diverso como lo es hoy.

De hecho y, recogiendo una cita de la entrevista que concedieron a Portugal Residents: “What we really want are wonderful published authors to come and launch their books here. I’d like to have a place where we’re having panel discussions about books and certain topics. But we’ve got to build the community first”. Cuando las cosas se hacen con amor, la comunidad surge.

Así que la próxima vez que busques un buen libro, piensa en lo que estás apoyando con tu compra. En lugar de optar por la conveniencia de un clic, considera la posibilidad de visitar una librería, si es Salted Books en Lisboa, genial, pero seguro que tienes alguna cerca en tu barrio o en tu ciudad. Porque al hacerlo, no solo te llevas un libro a casa, también ayudas a mantener viva la cultura y la diversidad en un mundo que necesita desesperadamente ambas cosas.

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Juegos Olímpicos de París 2024: el evento de las redes sociales, polémicas y controversias

Sin duda, los Juegos Olímpicos son el mayor evento deportivo a nivel internacional, congregando múltiples disciplinas y atletas de más de 200 países. También se han posicionado como un punto de referencia sobre comunicación, publicidad, promoción y, la verdad, es que son una marca en sí. 

En esta edición, hemos visto despliegue de campañas épicas, tanto de marcas patrocinadoras como de países apoyando a sus equipos o anunciándose hosts; diseño de branding personalizado para cada edición, unificando el logo propio de los juegos con la esencia del país anfitrión; cuentas de diferentes redes sociales dedicadas a los juegos correspondientes, como lo fue la cuenta de Twitter (ahora “X”) de Tokio 2020 (año en el que crearon también la cuenta en español, y que causó un furor tremendo entre los usuarios latinoamericanos). Finalmente, la llegada de los juegos a TikTok, tanto de su cuenta oficial como la cuenta de Paris 2024 -creada hace 4 años cuando anunciaron que serían el nuevo host- y la estrella revelación, la cuenta de los juegos paralímpicos. 

Para poder entender la evolución de esta gran marca desde la perspectiva del marketing y el conocimiento e interacción de los usuarios, desde SAMY Alliance han realizado un ejercicio de análisis, investigación y escucha social, gracias a las herramientas de Capture Intelligence, agencia de data & research. 

En números: ¿qué hablaron las redes sociales de los JJOO?

En el marco de la inauguración de los JJOO, se registraron más de 90 mil conversaciones en español en redes sociales con respecto a los juegos a nivel global; y si hacemos foco en algunos países de Latinoamérica vemos gran relevancia local; países como Argentina tuvieron +20 mil menciones, Colombia tuvo +15 mil menciones, y México casi llegó a las 27 mil menciones por parte de los usuarios. 

Aún así, la relación de las conversaciones con el sentimiento es lo que realmente demuestra lo que es importante para el espectador; con respecto a esas más de 60 mil conversaciones de estos 3 países, +25 mil fueron categorizadas como negativas, otras 21 mil como positivas; y +15 mil registraron como neutrales. 

Los cuatro grandes eventos que protagonizaron ese sentimiento negativo fueron claros: la representación católica de La Última Cena, la salubridad del Río Sena (donde se realizaron algunas de las competencias acuáticas), reacciones frente a la presencia del equipo Israelí, en el contexto de la actual situación con Palestina, y la presencia de Steven van de Velde, el jugador de voley-playa holandés que cumplió una condena en prisión por violación. Con estos eventos unificados, más del 41% de lo que se conversó en esos días sobre los Juegos Olímpicos fue negativo, opacando esas otras 20 mil conversaciones que vitoreaban a los atletas y celebraban la presencia de sus países en la competencia. 

Ya en la siguiente semana en la que se desarrollaron los primeros juegos y competencias, el número de conversaciones en Latinoamérica aumenta a 108K; manteniendo un sentimiento negativo predominante, siendo la protagonista la polémica de la boxeadora Imane Khelif, que fue señalada como transgénero, y que rápidamente recibió el apoyo del COI. 

Conociendo a la audiencia de los JJ.OO

Con respecto a los usuarios que comentaron sobre la competición, un 60% tiene entre 18 y 35 años y un 6.75% tendría entre 35 y 60 años, por lo que hay una buena proporción de usuarios Gen Z y Milennials, pero todavía hay una representación significativa de Gen X. 

De acuerdo al estudio ConZumer Journey de Samy Alliance, que analiza las principales características de los usuarios Z, Zillennials y Milennials, estos usuarios buscan relaciones con las marcas cada vez más humanas, y esperan empatía, respeto y transparencia por parte de las marcas. Un dato relevante es que el un 70% de ellos exige que las compañías muestren apoyo a las comunidades LGTBQI+. Por esto, se infiere el por qué la escena, aparentemente paródica, de la Última Cena de Leonardo Da Vinci, ejecutada por el artista Thomas Jolly y recreada por drag queens, una modelo transexual y un cantante disfrazado del dios griego del vino, provocó la indignación de segmentos de la sociedad de todo el mundo. Tanto para generaciones mayores como para los más jóvenes que buscan respetar y cuidar las creencias de cada quien, una escena paródica es un hilo muy fino sobre el cuál caminar. 

Por otro lado, una característica radical de estas generaciones jóvenes, y que representan el grueso de usuarios de redes que hablaron sobre los Juegos Olímpicos, es su relación con la sostenibilidad; que cada vez exige más no sólo productos, sino también comunicaciones respetuosas con el medio ambiente. De hecho, según el estudio de Marketing Trends 2024, uno de los grandes pilares de este año está relacionado con el impacto medioambiental, ya que el 63% de los consumidores afirma haber comprado artículos de segunda mano en el último año y, en 2023, el interés por los temas de sostenibilidad creció un 32% respecto al año anterior, con especial atención al medio ambiente, la energía y el ahorro.

Con esta carga tan orientada hacia el cuidado y el respeto hacia el medio ambiente, otro tema de conversación relevante giró en torno a la elección del Río Sena como uno de los escenarios para competencias acuáticas, ya que a  pesar de que Francia ha invertido alrededor de 1.400 millones de euros para mejorar la calidad del agua, bañarse en el río ha estado prohibido desde 1923 y ha habido denuncias de deportistas por el estado del agua y el riesgo para la salud que representa competir allí.

Finalmente están las cuestiones políticas y morales, un tema sumamente controversial y delicado. Según el estudio, los usuarios cada vez más rechazan las respuestas “tibias” de las marcas ante eventos de interés internacional, lo que se manifiesta por ejemplo en cómo un sector de la audiencia no dudó  en alzar su voz cuando consideraron que la presencia del equipo Israelí representaba “dejar de lado” la situación armada en Palestina, o cuando consideraron permisivo la presencia de Steven van de Velde, quien cumplió una sentencia por abuso sexual a una menor de edad. Esto para las marcas es un llamado a la atención; los usuarios necesitan sentirse apoyados más allá del producto o servicio; buscan marcas que compartan valores y sistemas morales. De hecho, según Hubspot, el 64% de los consumidores comprará o hará boicot a una marca únicamente por su posicionamiento ante una determinada cuestión social.

Más allá del deporte

El análisis de la conversación de las redes sociales permite ver cómo los Juegos Olímpicos son un evento de relevancia mundial que va mucho más allá de la competencia deportiva, e interpelan a la audiencia en diferentes áreas, desde la política y la ética, a la cultura y el sentimiento de comunidad.

Por esta razón, desde Samy Alliance analizan cómo los Juegos han desarrollado su estrategia de marketing, buscando maximizar esta conexión con las audiencias en diferentes áreas. Anna De Lachapelle, Brand Strategy Account Director para EMEA, identifica 3 tendencias claras:

En líneas generales, los Juegos de París 2024 nos han dejado múltiples ejemplos de cómo un evento deportivo crea un ecosistema que va más allá de la competencia siendo tema de conversación global e interpelando a las audiencias en diferentes aspectos: desde discusiones políticas y éticas, a intercambios culturales diversos, y conexiones emocionales potentes.

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