Leonardo Estrada, alumno del Máster en Marketing y Gestión Digital de ESIC Business School Valencia, nos deja una reflexión muy, pero que muy interesante sobre el ajedrez, su efecto relajante y el poder de Netflix a la hora de revalorizar un concepto.
Uno de los elementos que caracteriza nuestro día a día es que casi nadie tiene tiempo para relajarse. El tiempo nos supera, no importa la edad, el sexo o el nivel económico. No importa si eres bajo o alto, de ojos negros o azules. Es como si siempre Don Tiempo estuviera un paso por delante, como si estuviéramos corriendo una carrera que parece no tener fin.
De súbito, surgen todo tipo de obligaciones: Tareas de la escuela. Tareas de la casa. Tareas de primavera. Tareas de otoño. Tareas etapa rosa o tareas ya maduras. Tareas elevadas a la 10, a la 100 o a la 1000. Tareas únicas. Tareas acumuladas. Y todas, absolutamente todas son… urgentes, imprescindibles o esenciales (al menos eso creemos). Y uno solo quiere… Bajar la intensidad. Desconectar. Relajarse.
Claro, siempre existen aquellos escapadas del tiempo y sus ritmos extremos. Llegan a casa, se descargan su playlist favorita de Spotify, se tienden en la cama, se dejan llevar por el sonido… Y se relajan. O encuentran esa salvación en una mejor estrategia para que se organizan mejor, que se planifican mejor, que diseñan Netflix, en la última serie que alguien recomendó porque es… entretenida y, sobretodo, porque la ves mientras disfrutas de un buen vino y sientes que te liberas.
Ajedrez, Netflix y Gambito de Dama
Hablando de Netflix y la relajación… ¿Te acuerdas de Gambito de Dama, la serie que conquistó sin piedad muchos premios y que hasta el más hiperescéptico la siguió? Esa, la de la pelirroja del orfanato que veía tableros de ajedrez en el techo y que al salir de allí se hizo campeona del mundo ganándole a un Gran Maestro ruso con cara de “si te cojo te lincho”… Beth Harmon, ¡exacto!
Pues te cuento que hace unos días tuve la posibilidad de hacerle una entrevista a Anya Taylor-Joy, su actriz. Fue una plática intensa. Me habló del éxito de la serie: las giras, los nuevos proyectos, el salto a la fama. Y… de los cientos de mensajes que recibe jornada tras jornada. Desde el día que se estrenara Gambito de Dama, Joy-Taylor ha descubierto un gran número de personas apasionadas. Gente que compra la misma marca de ropa del personaje de Beth. Gente que se amontona a la salida de su casa en busca de un saludo. O las miles de personas que han comenzado a poblar los mejores sitios de ajedrez (Lichess/Chess.com), quienes juegan y le mandan sus partidas.
“Esto es para ti Beth. Mira que Jaque mate, Beth. ¿Y si juegas conmigo, Beth?”…
El problema es que nuestra Gambito Dama, así me dijo, “no tiene tiempo para responder cientos de mensajes”. Y ha llegado al punto de no poder relajarse pensando en cómo hacerlo. Cómo quedar bien con tantos que necesitan que Beth Harmon haga un tiempo para ellos. Le dije que la ayudaría. Hice un análisis interno y externo exhaustivo. Toma: ¡5 fuerzas de Porter, PESTEL, DAFO, CAME! Luego, creé objetivos y estrategias y un plan de acción. Hasta que se me reveló la solución: Anya crearía un tipo de ajedrez similar al que usara en Gambito de Dama. De esta forma, cada vez que las personas jugaran con ese ajedrez se sentirían más cerca de nuestra querida heroína. ¡Y así fue!
Es un ajedrez hecho de la misma madera que Beth olía en la serie porque recuerda las primeras partidas que jugó con su profesor del Orfanato. Con el mismo diseño casi mágico que hace que las piezas y el tablero de Beth se coloque en el cielo. Y, lo mejor, es que con este tablero te puedes convertir en campeón, al igual que ella.
Por cierto, había olvidado decirte que antes de darte esta noticia ya ha pasado una semana desde que el juego está en la tienda. Así que no te relajes mucho si lo quieres conseguir, no vaya a ser que el tiempo te vuelva a ganar la batalla.
Foto de Nasim Keshmiri en Unsplash