En esta ocasión cuento con la colaboración de Miguel Esquembre, alumno del Máster en Marketing y Gestión Digital de ESIC Business School Valencia dándole una vuelta de tuerca al perfil de consumidor de la Generación Z: ¿En qué gasta su primer sueldo?
Infancia, la época dorada llena de sueños y fantasías, nos transporta a un tiempo donde la inocencia y la imaginación reinaban. ¿Cuántas veces, siendo niños, soñábamos con ese primer sueldo? Planeábamos en qué lo invertiríamos o a quién invitaríamos. Sin embargo, la realidad toma un giro inesperado a medida que crecemos.
Nuestros gustos evolucionan, y la mentalidad de un niño de 5 o 6 años se transforma en la de un hombre o mujer casi hecho y derecho. Éramos tan ingenuos y soñadores que pensábamos que ese primer sueldo nos permitiría comprar un súper deportivo, una casa en la playa o incluso cosas más simples como zapatos, videojuegos o un bolso.
La perspectiva de la vida cambiaba a medida que crecíamos, y nos enfrentábamos a las responsabilidades de la vida adulta. Pero, ¿dónde quedaron esos pensamientos cuando nos enfrentamos a la realidad?
Los deseos (y hechos) de gastar el primer sueldo
La realidad se vuelve difusa y personalizada, dependiendo de la situación de cada uno. Algunos jóvenes deciden invertir su primer sueldo en ayudar a sus familias, otros optan por ahorrar para el futuro, pero muchos, debido al retraso en la emancipación, ya no se preocupan por amueblar salones o elegir toallas. En cambio, se sumergen en un aumento significativo del consumo de ropa de lujo. ¿Sorprendente, verdad?
El consumo global de artículos de lujo ha experimentado un notable aumento, alcanzando un récord de 345.000 millones de euros en 2022. Este crecimiento catapultó a Bernard Arnault, CEO de LVMH, como la persona más rica del mundo, superando a figuras como Elon Musk. La riqueza generada por el mercado de artículos de lujo es un reflejo de cómo los gustos y las tendencias han evolucionado, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
Las proyecciones futuras indican que el gasto en productos de lujo por parte de las generaciones Z y Alfa se expandirá tres veces más rápido que otras cohortes para el año 2030. Bain & Company estima que estos jóvenes representarán aproximadamente un tercio del mercado de productos de lujo, marcando una tendencia ascendente en la influencia de las generaciones más jóvenes en este sector.
¿Qué tipo de productos buscan estos perfiles al hacer su primera compra?
La gama es amplia, pero enfocándonos por género, los chicos tienden a inclinarse por zapatillas. La marca NIKE, especialmente con modelos como el clásico Air Jordan Retro AJKO, se lleva sin lugar a dudas la mayor parte de la atención de estos jóvenes. Este modelo es el típico con el que todo el mundo sueña de pequeño y sigue siendo uno de los más vendidos del mundo.
En cambio, el público femenino busca complementos, como ese bolso que en la adolescencia era un sueño inalcanzable. La posibilidad de adquirir productos de lujo se convierte en una realidad una vez que ingresan al mundo laboral, y estas elecciones se convierten en símbolos de estatus y logros personales.
Pero también hay productos unisex que estos jóvenes consideran caprichos, como las atemporales RayBan. que siguen siendo un must-have una vez que ingresan al mundo laboral. Estos productos, que van más allá de las divisiones de género, se convierten en inversiones en el estilo de vida y la imagen personal. En definitiva, las tendencias cambian, las personas evolucionan, y esto abre un amplio abanico de opciones sobre cómo y dónde invertir ese tan ansiado primer sueldo.
Sería hipócrita no admitir que muchos de nosotros, en lugar de ahorrar o invertir de manera más sensata, nos dejamos llevar por algún capricho. Al final del día, cada uno decide cómo gastar el fruto de su esfuerzo, y eso es algo que nadie puede juzgar. En este proceso de transición a la vida adulta, la elección de productos de lujo no solo refleja un cambio en los hábitos de consumo, sino también una afirmación de la identidad y el éxito personal.
La posibilidad de permitirse estos lujos se convierte en una celebración de los logros individuales y la independencia financiera. Así, mientras observamos el crecimiento exponencial del mercado de productos de lujo, también presenciamos una transformación en la mentalidad y prioridades de las nuevas generaciones.
La compra de artículos de lujo ya no se percibe simplemente como un acto de indulgencia, sino como una manifestación de la propia identidad y el reconocimiento del esfuerzo invertido en la carrera laboral. En conclusión, la travesía desde la infancia hasta la adultez conlleva cambios profundos en nuestras percepciones y elecciones.
El primer sueldo, que una vez soñamos destinar a fantasías extravagantes, se convierte en una oportunidad para afirmar nuestra identidad a través de productos de lujo. Las decisiones varían, y cada individuo decide cómo traducir ese esfuerzo en un símbolo tangible de éxito personal. La realidad se despliega, y mientras algunos optan por invertir en el hogar o en experiencias compartidas, otros eligen materializar sus logros a través de los lujos que la vida adulta puede ofrecer.
Foto de Hadi Yazdi Aznaveh en Unsplash