¿Tortilla de patata en lata? ¿De verdad? Sí, así, tal cuál lo lees. Uno de los platos más carismáticos, auténticos y famosos de la gastronomía española se vuelve a reinventar para poder llegar a todos los lugares. La tortilla de patata de La Cocina de Senén se envasa en una lata para los paladares más sibaritas.
La Cocina de Senén nace en el año 2011 con el objetivo de acercar los pintxos y tapas más famosos del Restaurante Sagartoki. Este restaurante está liderado por Senén González, quien ganó en 2010 el Concurso Nacional de Tortillas de Patata y en 2018 el premio Innoval con las croquetas para horno en Alimentaria Barcelona. Es decir, este producto no es una casualidad, si no resultado de un trabajo de innovación desde la base de la buena y cuidada cocina.
La funcionalidad de la tortilla de patata en lata es total. Posee valor Nurti-Scoore A y es fuente de fibra, además de no contener gluten. Es jugosa, saludable y está elaborada con las mejores materias primas como aceite de oliva virgen extra, huevos camperos y patatas, ambos km 0.

La innovación de los platos típicos está de moda
Vivimos una explosión en cuanto a la innovación alrededor de los productos típicos e, incluso, entorno a los productos más básicos. Hace un tiempo hablamos de la sal líquida de Ancestral, pero también lo vemos constantemente con el agua u otros productos. La tortilla de patata es diferente sí, está elaborada, pero aún así se pueden lograr propuestas tan sorprendentes como ésta que busca romper la barrera del frío y así llegar mucho más lejos. (Quizás te interese este reportaje de Consumidor Global sobre la sal gourmet)
El quid de la cuestión reside en cómo está tratada la materia prima, en la calidad de los ingredientes de kilómetro cero». La patata es de variedad Monalisa, de Álava, los huevos camperos, proceden de una pequeña granja, de los que «nos guardan las primeras puestas de las gallinas, porque son los mejores. Los pasteurizo y quedan como una crema espectacular
Senén González, La Razón
Este tipo de productos debe respetar al máximo la manera de hacer tradicional. Una innovación tan radical no puede perder la esencia de aquello que lo convierte en casero. Por eso, la marca ha desarrollado su propia maquinaria para realizar las tortillas, puesto que a la sartén, como lo hacían al principio, era totalmente imposible.
El envase es totalmente clave para encontrar la innovación
La receta es muy importante, puesto que la tortilla de patata, como es este caso, debe estar rica. De lo contrario, el producto no tendrá una segunda oportunidad, pero lo realmente clave aquí es el envase. La lata abre un campo muy creativo y que aporta atributos muy significativos.
De cara la funcionalidad es obvio, permite conservar el producto y que llegue a todo el mundo. Desde el punto de vista del consumidor, la lata se convierte en un elemento disruptivo, gourmet, selecto, especial. La lata es más o menos como un tesoro que al abrirse se encuentra el premio. En los últimos años estamos viviendo un auge de los productos de alta categoría enlatados y esto ayuda a posicionar esta versión de la tortilla de patata.
El propio I+D en el envasado, como recogen desde El País, es fruto de años de investigación en los que Senén González y su equipo han desarrollado un proceso industrial innovador. Hoy, pueden freír las patatas como si se hicieran en una sartén, sin sobrepasar una temperatura de 102°, que les permite que la tortilla se mantenga jugosa incluso después del proceso de esterilización. Es más, el envasado de alto vacío no necesita líquido de gobierno y, por eso, la tortilla mantiene sabor y textura intactas dentro de una lata que solo hace falta abrir para comer.